MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
Hojas de palma fosilizadas de 25 millones de años recientemente descubiertas, han revelado que la topografía del Tíbet no era por entonces tan "alta y seca" como se pensaba anteriormente.
La nueva investigación, en colaboración con académicos de la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, sugiere que el Tíbet central no debe haber superado los 2.300 metros sobre el nivel del mar, con grandes lagos bordeados de vegetación subtropical y valles profundos y ocultos.
Los geólogos sugirieron previamente una "meseta" tibetana de más de 4.000 metros de altitud, casi tan alta como la actual. Sin embargo, el descubrimiento de las hojas de palma antiguas muestra que la región era significativamente más baja de lo que se pensaba.
La medición de la elevación se realizó mediante la explotación de la sensibilidad al frío única de las palmas combinada con simulaciones de modelos climáticos novedosos de las temperaturas invernales antiguas en una gama de posibles paisajes antiguos. La investigación descubrió que solo un valle central profundo con un suelo a aproximadamente 2 kilómetros bordeado al norte y al sur por montañas altas (más de 4,5 kilómetros) proporcionaba las condiciones adecuadas para permitir el crecimiento de las palmas, especialmente durante la etapa de plántula más sensible al frío de su ciclo de vida.
Según explica el profesor Tao Su Xishuangbanna, del Jardín Botánico Tropical de la Academia de Ciencias de China, los científicos recolectaron estos fósiles de palmas de la Cuenca de Lunpola en el verano de 2016. "Nos sentimos bastante emocionados cuando los encontramos, especialmente el grande con un peciolo adjunto. Las palmas son un indicador paleoambiental muy bueno debido a su restringida distribución en las regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo en la actualidad", comenta en un comunicado.
ALTAS MONTAÑAS Y VALLES PROFUNDOS HACE 25 MILLONES DE AÑOS
El profesor Robert Spicer, de la Universidad Abierta de Reino Unido, agrega que el hallazgo de estos "extraordinarios" fósiles, combinado con un enfoque de investigación multidisciplinario, está transformando el conocimiento de los científicos del antiguo paisaje tibetano y cómo se construyó el Tíbet: "ya no se trata solo de la colisión India-Asia".
Este nuevo hallazgo de un valle central profundo en el Tíbet explica el prolongado debate sobre el crecimiento del Tíbet, donde las alturas superficiales antiguas estimadas por técnicas isotópicas muestran altas elevaciones en su mayoría similares a las de hoy (aproximadamente 5 kilómetros), mientras que las estimaciones de los fósiles invariablemente apuntan a alturas de superficie mucho más bajas.
Esto puede explicarse por los isótopos, incluso en lagos de baja elevación, reflejando la lluvia que cae cerca de las cimas de las montañas y entra en los lagos por los arroyos, mientras que restos de plantas y animales, como hojas y huesos, que no pueden sobrevivir al transporte cuesta abajo a larga distancia, registran las condiciones en las tierras bajas del valle.
Ahora parece que tan solo hace 25 millones de años, el paisaje tibetano consistía en altas montañas y valles profundos y debe haberse convertido en una meseta mucho más recientemente después de la compresión de la India y el relleno de sedimentos elevó el suelo del valle al menos 2,5 kilómetros hasta su altura actual de 4.655 metros. Esto tiene implicaciones importantes para comprender la evolución de la biosfera asiática altamente diversa y los sistemas monzónicos que la apoyan y el desarrollo del paisaje que vemos en la actualidad.
El doctor Alex Farnsworth, de la Universidad de Bristol, dice que "las nuevas técnicas de modelado climático de entornos pasados están transformando la visión actual de los complejos procesos que ocurrieron en el pasado antiguo". "Ahora se pueden evaluar las hipótesis mediante nuevas técnicas de modelado climático para comprender mejor el comportamiento de los climas pasados", añade en un comunicado .
Por su parte, el profesor Paul Valdes, también de la Universidad de Bristol, agrega que los resultados del estudio no solo ayudan a los científicos a entender los cambios pasados en el Tíbet, sino que también les dan más confianza de que los modelos climáticos utilizados para las proyecciones climáticas futuras son fiables en los regímenes climáticos muy diferentes al presente.