Monumento a los ultimos indios charruas - WIKIMEDIA
MADRID, 12 May. (EUROPA PRESS) -
Una conexión sorprendente ha sido descubierta mediante ADN entre los antiguos indígenas de Uruguay con aquelloa que vivieron en Panamá o el este de Brasil, pero no con los amazónicos modernos.
Estos hallazgos de una investigación, dirigida por antropólogos de la Universidad de Emory y la Universidad de la República en Montevideo, respaldan la teoría propuesta por algunos arqueólogos de migraciones separadas a América del Sur, incluida una que condujo a las poblaciones amazónicas y otra que condujo a las poblaciones a lo largo de la costa este.
"Ahora hemos proporcionado evidencia genética de que esta teoría puede ser correcta", dice John Lindo, coautor para la correspondencia y profesor asistente de antropología de Emory especializado en ADN antiguo. "Va en contra de la teoría de una sola migración que se dividió al pie de los Andes".
"Esto contribuye a la idea de que América del Sur es un lugar donde existía una diversidad multirregional, en lugar de la idea monolítica de una sola raza nativa americana en América del Norte y América del Sur", agregó.
La evidencia arqueológica de asentamientos humanos en el área ahora conocida como Uruguay, ubicada en la costa atlántica al sur de Brasil, se remonta a más de 10.000 años. Los colonizadores europeos establecieron contacto inicial con los pueblos indígenas de la región a principios del siglo XVI.
Durante el siglo XIX se lanzaron una serie de campañas militares para exterminar a los pueblos originarios, que culminaron en lo que se conoce como la masacre en Salsipuedes Creek, en 1831, que tuvo como objetivo a un grupo étnico llamado Charrúa. En ese momento, escriben los autores, el término charrúa se aplicaba ampliamente a los remanentes de varios grupos de cazadores-recolectores en el territorio de Uruguay.
Los análisis, publicados en PNAS Nexus, se basaron en una muestra de ADN de un hombre que data de hace 800 años y otra de una mujer que data de 1.500 años, ambas mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón a las Américas en 1492. Las muestras fueron recolectadas de un sitio arqueológico en el este de Uruguay por el co-autor Gonzalo Figueiro, antropólogo biológico de la Universidad de la República
"A través de estas primeras secuencias del genoma completo de los pueblos indígenas de la región antes de la llegada de los europeos, pudimos reconstruir al menos una pequeña parte de su prehistoria genética", dice Lindo.
El trabajo abre la puerta a los uruguayos de hoy en día que buscan potencialmente vincularse genéticamente con las poblaciones que existían en la región antes de que llegaran los colonizadores europeos. "Nos gustaría recolectar más muestras de ADN de sitios arqueológicos antiguos de todo Uruguay, lo que permitiría a las personas que viven en el país hoy explorar una posible conexión genética", dice Lindo.
El laboratorio de ADN antiguo de Lindo se especializa en mapear linajes humanos poco explorados de las Américas. La mayoría de los laboratorios de ADN antiguos se encuentran en Europa, donde el clima más frío tiene especímenes mejor conservados.
Se ha prestado menos atención a la secuenciación del ADN antiguo de América del Sur. Una razón es que los climas más cálidos y húmedos en gran parte del continente han hecho que sea más difícil recolectar muestras de ADN antiguo utilizables, aunque los avances en la tecnología de secuenciación están ayudando a eliminar algunas de estas limitaciones.