Pata de lagarto preservada en ámbar - VOLKER LANNERT/UNI BONN
MADRID, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las inclusiones de vertebrados en ámbar son muy raras, pero un antepié de lagarto del género Anolis ha sido descubierto encerrado en un pedazo de apenas dos centímetros cúbicos de esta resina fósil.
Un equipo de geocientíficos de la Universidad de Bonn ha examinado este hallazgo inusual en la República Dominicana, ya que la mayoría de fósiles preservados en ámbar son insectos.
Las garras y los dedos de los pies son muy claramente visibles en la masa de ámbar marrón miel, casi como si la resina del árbol hubiera caído recientemente sobre ellos, pero el pequeño pie tiene entre 15 y 20 millones de años. Este género de lagarto sigue existiendo en la actualidad.
Los escaneos en el tomógrafo de microordenador del Instituto de Geociencias de Stuttgrt revelaron que el antepié estaba roto en dos lugares. Una de las fracturas está rodeada por una ligera hinchazón. "Esto es una indicación de que el lagarto quizás había sido herido por un depredador", dice en un comunicado Jonas Barthel, autor del estudio y estudiante de la Universidad de Bonn. La otra fractura ocurrió después de que el fósil fue incrustado, exactamente en el lugar donde una pequeña grieta atraviesa el ámbar.
El análisis de una sección delgada de tejido óseo utilizando la espectroscopía Raman reveló el estado del tejido óseo. El mineral hidroxiapatita en el hueso se había transformado en fluoroapatita por la penetración de flúor. "Esto es sorprendente, porque asumimos que el ámbar circundante protege en gran medida al fósil de las influencias ambientales", dice Barthel.
Sin embargo, la pequeña grieta puede haber alentado la transformación química al permitir que las soluciones ricas en minerales encuentren su camino. Además, la espectroscopía Raman muestra que el colágeno, el componente elástico del hueso, se había degradado en gran medida. A pesar del aparentemente buen estado de conservación, en realidad quedaba muy poco de la estructura original del tejido.