MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) trabaja en la Cueva de Naica (México) para investigar el proceso de "cristalogénesis" o la generación de forma natural de las vigas de cristal de yeso de hasta 11 metros y un metro de grosor que adornan la caverna, descubierta en el 2000.
Según ha explicado la institución investigadora, la gruta "proporciona a los científicos una especie de laboratorio natural donde poder estudiar el proceso de este singular fenómeno de cristalización cercano al equilibrio".
Esta "cercanía" al equilibrio, según ha aclarado, se debe a que "la transferencia de materia entre la disolución y el cristal es tan pequeña que el crecimiento es muy lento".
Las conclusiones del trabajo que durante los últimos 15 años ha liderado el investigador del organismo español, Juan Manuel García-Ruiz, han sido publicadas recientemente por la revista Chemical Society Reviews, que recoge algunos hallazgos sobre la formación de la cueva de los cristales de México.
Por su parte, el investigador Fermín Otaola ha explicado las aplicaciones del estudio: "a escala humana no se suele dar importancia a procesos que duran cientos de años, pero entre estos procesos están, por ejemplo, el deterioro por disolución de los contenedores de hormigón de desechos radiactivos o la estabilidad de las formaciones geológicas en las que se está proponiendo almacenar el CO2".
Por otra parte, la necesidad de averiguar de forma estimada el tiempo que los cristales han estado creciendo ha contribuido a impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías experimentales que permitieran medir la velocidad de procesos ultralentos, así como datar materiales "ultrapuros" y averiguar la termometría de la cristalización de estos, según los responsables de la investigación.
A este respecto, García-Ruiz ha asegurado que la imagen obtenida gracias a los resultados "es, a ojos de un científico, tan fascinante como los propios cristales".
"La explicación del tamaño de los cristales gigantes, su aspecto más sorprendente, ha llevado a crear interesantes modelos de nucleación de minerales para mejorar el análisis de los procesos geológicos que ocurren a escalas espaciales y temporales que están fuera del alcance de la experimentación en un laboratorio", ha detallado.