MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un examen de huellas de homínidos de 3,6 millones de años descubiertas en Laetoli, Tanzania, sugieren que el bipedismo similar al humano evolucionó antes, previamente al género homo.
"Las huellas fósiles son realmente la única evidencia directa de caminar en el pasado --apunta David Raichlen, profesor asociado de la Universidad de Arizona, Estados Unidos--. Hace 3,6 millones de años, nuestros datos sugieren que, si se pueden explicar las diferencias de tamaño, los homínidos caminaban de una manera muy similar a los humanos vivos. Aunque puede haber algunas diferencias matizadas, en general, estos homínidos probablemente parecían como nosotros cuando caminaron".
Autor principal del trabajo, Raichlen, presentará la investigación en la reunión anual de la Asociación Estadounidense de Anatomistas durante la reunión de Biología Experimental de 2018, que se celebra del 21 al 25 de abril en San Diego, California, Estados Unidos.
La especie que comprende humanos modernos, el 'Homo sapiens sapiens', surgió aproximadamente hace entre 200.000 y 300.000 años. Se cree que el género 'Homo' surgió hace entre unos 2 y 2,5 millones de años. El término 'hominini' se usa para referirse a un conjunto más amplio de antepasados que existía antes, aunque hay un debate sobre la naturaleza de las especies incluidas en esa agrupación y las relaciones entre ellas.
Se cree que los homínidos comenzaron a caminar sobre dos patas hace unos 7 millones de años, pero de acuerdo con la evolución de otros primates, se cree probable que estos primeros ancestros hayan mantenido una postura a la hora de caminar encorvada y con las piernas flexionadas durante un tiempo.
CAMINAR CON LAS PIERNAS EXTENDIDAS CONSUME MENOS ENERGÍA
Raichlen y su equipo utilizaron una variedad de métodos para reconstruir la mecánica de la marcha basada en huellas fosilizadas y esqueletos de ancestros humanos primitivos. Sus resultados más recientes usan una combinación de datos experimentales y estudios morfológicos para mostrar que las huellas en Laetoli son consistentes con una marcha bípeda completamente erguida, similar a la humana.
En un experimento, el equipo comparó la profundidad y la forma de las huellas de Laetoli con las dejadas por ocho voluntarios, humanos modernos, caminando en posición vertical o encorvada (en la que se doblan las rodillas y las caderas). Cuando analizaron la impresión hecha por el dedo del pie en comparación con el talón, que refleja cómo se mueve el centro de presión a lo largo de su pie al dar un paso, encontraron que las huellas en Laeoli eran mucho más similares a las huellas hechas por humanos modernos caminando erguidos.
Caminar erguido con las piernas totalmente extendidas consume menos energía que caminar bípedo de una manera más parecida a la de un mono, lo que le permite a uno soportar viajes más largos. Esto sugiere que el cambio a una forma de andar más parecida a la humana probablemente tuvo algo que ver con la forma en que nuestros ancestros encontraron comida, y cómo de lejos tuvieron que viajar para encontrarla.
"Los datos plantean que, en este momento de nuestra historia evolutiva, la selección para reducir los gastos de energía durante la marcha fue fuerte --apunta Raichlen--. Este trabajo sugiere que, hace 3,6 millones de años, los cambios en el clima y el hábitat llevaron a la necesidad de que los homínidos ancestrales caminaran largas distancias durante sus combates diarios de alimentación. La selección pudo haber actuado en este momento para mejorar la economía de energía durante la locomoción, generando la mecánica humana que empleamos hoy.
Aunque la evidencia es fuerte de que los homínidos caminaban erguidos hace 3,6 millones de años, la etapa exacta en que la locomoción de nuestros antepasados divergía de la de los simios actuales aún se desconoce, según Raichlen.