La mitología del grifo no proviene de fósiles de dinosaurios

Protoceratops y grifo
Protoceratops y grifo - UNIVERSIDAD DE PORTSMOUTH
Actualizado: viernes, 21 junio 2024 11:41

   MADRID, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Un nuevo estudio ha puesto en tela de juicio la difundida versión de que los fósiles de dinosaurios inspiraron la leyenda del grifo, la criatura mitológica de cabeza de ave rapaz y alas con cuerpo de león.

   El vínculo específico entre los fósiles de dinosaurios y la mitología del grifo fue propuesto hace más de 30 años en una serie de artículos y libros escritos por la folclorista Adrienne Mayor. Estos comenzaron con el artículo de 1989 en Cryptozoology titulado "Paleocryptozoology: a call for collaborative between classicists and cryptozoologists" (Paleocriptozoología: un llamado a la colaboración entre clasicistas y criptozoólogos), y se consolidó en el influyente libro de 2000 "The First Fossil Hunters" (Los primeros cazadores de fósiles). La idea se convirtió en un elemento básico de libros, documentales y exposiciones de museos.

   Sugiere que un dinosaurio cornudo primitivo de Mongolia y China, el Protoceratops, fue descubierto por antiguos nómadas que buscaban oro en Asia Central. Los cuentos de huesos de Protoceratops viajaron luego al suroeste en rutas comerciales para inspirar, o al menos influir, en las historias y el arte del grifo, informa Eureka Alert.

   Los grifos son unas de las criaturas mitológicas más antiguas. Aparecieron por primera vez en el arte egipcio y de Oriente Medio durante el cuarto milenio a. C., antes de hacerse populares en la antigua Grecia durante el siglo VIII a. C.

   El Protoceratops era un dinosaurio pequeño (de unos dos metros de largo) que vivió en Mongolia y el norte de China durante el período Cretácico (hace entre 75 y 71 millones de años). Pertenecen al grupo de los dinosaurios con cuernos, lo que los convierte en parientes de los Triceratops, aunque en realidad carecen de cuernos faciales. Al igual que los grifos, los Protoceratops se erguían sobre cuatro patas, tenían picos y extensiones de sus cráneos en forma de volantes que, según se ha argumentado, podrían interpretarse como alas.

   En la primera evaluación detallada de las afirmaciones, los autores del estudio, el Dr. Mark Witton y Richard Hing, paleontólogos de la Universidad de Portsmouth, reevaluaron los registros fósiles históricos, la distribución y la naturaleza de los fósiles de Protoceratops y las fuentes clásicas que vinculan al grifo con el Protoceratops, consultando a historiadores y arqueólogos para comprender completamente la visión convencional, no basada en fósiles, de los orígenes del grifo. Finalmente, descubrieron que ninguno de los argumentos resistía el escrutinio.

   Las ideas de que el Protoceratops sería descubierto por nómadas que buscaban oro, por ejemplo, son poco probables cuando los fósiles de Protoceratops se encuentran a cientos de kilómetros de los antiguos yacimientos de oro. En el siglo transcurrido desde que se descubrió el Protoceratops, no se ha reportado oro junto a ellos. También parece dudoso que los nómadas hubieran visto muchos esqueletos de Protoceratops, incluso si buscaron oro donde se encuentran sus fósiles.

   "Se supone que los esqueletos de dinosaurios se descubren medio expuestos, tirados por ahí casi como los restos de animales recientemente muertos", dijo el Dr. Witton. "Pero, en términos generales, solo una fracción de un esqueleto de dinosaurio erosionado será visible a simple vista, inadvertido para todos, excepto para los cazadores de fósiles con vista aguda.

   "Es casi seguro que así es como los pueblos antiguos que vagaban por Mongolia encontraron al Protoceratops. Si querían ver más, como lo necesitarían si estuvieran formando mitos sobre estos animales, tendrían que extraer el fósil de la roca circundante. Esa no es una tarea fácil, incluso con herramientas modernas, pegamentos, envoltorios protectores y técnicas de preparación. Parece más probable que los restos del Protoceratops, en general, pasaran desapercibidos, si los buscadores de oro estaban allí para verlos".

   De manera similar, la difusión geográfica del arte del grifo a lo largo de la historia no se alinea con el escenario de la tradición del grifo comenzando con los fósiles de Asia Central y luego extendiéndose hacia el oeste. Tampoco existen referencias inequívocas a fósiles de Protoceratops en la literatura antigua.

   El Protoceratops solo se parece al grifo en el sentido de que es un animal de cuatro extremidades con pico. No hay detalles en el arte de grifos que sugieran que se hiciera referencia a sus fósiles, pero, por el contrario, muchos grifos estaban claramente compuestos a partir de características de felinos y aves actuales.

   El Dr. Witton agregó: "Todo lo relacionado con los orígenes de los grifos es coherente con su interpretación tradicional como bestias imaginarias, así como su apariencia se explica completamente por ser quimaras de grandes felinos y aves rapaces. Invocar un papel para los dinosaurios en la tradición de los grifos, especialmente especies de tierras lejanas como Protoceratops, no solo introduce una complejidad innecesaria e inconsistencias en sus orígenes, sino que también se basa en interpretaciones y propuestas que no resisten el escrutinio".

   Los autores se esfuerzan por destacar que existen excelentes pruebas de que los fósiles han sido culturalmente importantes a lo largo de la historia de la humanidad, e innumerables casos de fósiles que han inspirado el folclore en todo el mundo, conocidos como "geomitos".

El estudio se publica en Interdisciplinary Science Reviews.