Hueso roto de la espinilla de un dinosaurio carnívoro, que muestra anillos como los de un árbol. Estos anillos estrechamente espaciados se formaban anualmente e indican que se trataba de un animal de crecimiento lento y larga vida. - MICHAEL D. D’EMIC
MADRID, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un examen de huesos de los dinosaurios ha revelado que no existía ninguna relación entre la tasa de crecimiento y el tamaño corporal, según las conclusiones publicadas en la revista 'Science'.
Los dinosaurios carnívoros conocidos como terópodos que vagaban por la antigua Tierra variaban en tamaño desde el T. rex, del tamaño de un autobús, hasta el Velociraptor, más pequeño, del tamaño de un perro. Científicos que se preguntaban cómo evolucionaron dinosaurios de tamaños tan dispares descubrieron recientemente que los dinosaurios terópodos más pequeños y más grandes como éstos no necesariamente llegaron a serlo por el mero hecho de crecer más lento o más rápido.
"Se cree que la mayoría de los animales evolucionan para ser más grandes creciendo más deprisa que sus antepasados, pero este estudio demuestra que es igual de probable que animales más grandes y más pequeños crecieran durante períodos más o menos largos durante los estirones", afirma Michael D. D'Emic, paleontólogo de la Universidad Adelphi (Estados Unidos) y autor principal del estudio.
Los huesos de muchos animales, incluidos los dinosaurios, ralentizaban o detenían su crecimiento cada año, dejando marcas como los anillos de los árboles que indican la edad del animal y pueden utilizarse para estimar el ritmo de crecimiento.
"Este tipo de anillos se denominan marcas de crecimiento cortical --explica D'Emic--. Los anillos muy espaciados indican un crecimiento más rápido y los anillos muy espaciados nos dicen que un animal crecía más lentamente".
D'Emic, junto con Patrick O'Connor, profesor de la Universidad de Ohio, y Riley Sombathy, estudiante de doctorado, y un equipo de investigadores argentinos, midieron unos 500 anillos de crecimiento de este tipo en unos 80 huesos diferentes de terópodos, las especies de dinosaurios bípedos, en su mayoría carnívoros, estrechamente emparentados con las aves.
"Descubrimos que no había relación entre la tasa de crecimiento y el tamaño --explica D'Emic--. Algunos dinosaurios gigantes crecían muy despacio, más despacio que los caimanes actuales. Y algunos dinosaurios más pequeños crecían muy rápido, tan rápido como los mamíferos que viven hoy".
Esto tenía sentido para el coautor Thomas Pascucci, cuya tesis de licenciatura contribuyó al proyecto. "Los animales extintos como los dinosaurios inspiran asombro por lo diferentes que parecen de nuestro mundo moderno, pero eran animales que crecían bajo limitaciones y factores ambientales similares a los actuales", señala.
Según O'Connor, este estudio abre la puerta a futuras investigaciones sobre cómo regulan su crecimiento los animales. "La alteración de diferentes mecanismos de control del crecimiento, a nivel molecular o genético, probablemente explica la variedad de estrategias de desarrollo que nuestro equipo observó en los dinosaurios terópodos --apunta--. Los futuros estudios de organismos vivos brindan la oportunidad de dilucidar los mecanismos relacionados con la evolución del tamaño corporal en los vertebrados de forma más general".
Sombathy espera retomar algunas de esas investigaciones sobre la aparente disociación entre la tasa de crecimiento y el tamaño corporal y su tesis doctoral investigará el impacto de la tasa de crecimiento y el tamaño corporal en la forma y función de los huesos.
"Esto tiene implicaciones realmente importantes porque los cambios en la tasa frente al momento pueden correlacionarse con muchas otras cosas, como el número o el tamaño de las crías, la longevidad o la susceptibilidad a los depredadores --añade D'Emic--. Esperemos que esta investigación estimule investigaciones en otros grupos, tanto vivos como extintos, para ver qué mecanismos de desarrollo son más importantes en otros tipos de animales".