MADRID, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las especies de los primeros ancestros humanos tenían diferencias significativas en el rostro, diferían en otras partes de sus esqueletos, y tenían formas distintas del cuerpo.
Una investigadora de la Universidad de Missouri y su equipo internacional encontraron una pelvis de 1,9 millones de años de antigüedad y fósiles de fémur de un antepasado humano temprano en Kenia, revelando una mayor diversidad en el árbol de la familia humana que los científicos pensaban anteriormente. El estudio se publica en Journal of the Human Evolution.
"Lo que estos nuevos fósiles nos están diciendo es que las primeras especies de nuestro género, Homo, fueron más distintas de lo que pensábamos. Difieren no sólo en sus rostros y mandíbulas, sino en el resto de su cuerpo también", dijo Carol Ward, profesora de Patología y Ciencias Anatómicas en la Escuela de Medicina de la Umiversidad de Missouri.
"La antigua representación de la evolución lineal del mono al ser humano con pasos individuales en el medio está demostrando ser inexacta. Estamos encontrando como si la evoución estuviera experimentando con diferentes rasgos físicos humanos en diferentes especies antes de acabar en el Homo sapiens".
Tres especies ancestrales pertenecientes al género Homo se han identificado con anterioridad a los seres humanos modernos, o Homo sapiens. Homo rudolfensis y Homo habilis fueron las primeras versiones, seguido por el Homo erectus y luego Homo sapiens. Debido a que los fósiles más antiguos de erectus que se han encontrado son sólo de 1,8 millones de años, y tienen diferente estructura ósea que los nuevos fósiles, Ward y su equipo de investigación concluyen que los fósiles que han descubierto son o rudolfensis o habilis. Ward dice que estos fósiles muestran una diversidad en las estructuras físicas de los ancestros humanos que no se han visto antes.
"Este nuevo espécimen tiene una articulación de la cadera como todas las demás especies de Homo, pero también tiene una pelvis y un femur más delgados en comparación con el Homo erectus", dijo Ward. "Esto no significa necesariamente que estos primeros ancestros humanos se movieran o vivieran de manera diferente, pero sí sugiere que eran una especie distinta que podría haber sido identificada, no mirando a la cara y las mandíbulas, sino viendo la forma de su cuerpo", explica.
Nuestros nuevos fósiles --añade--, junto con otros nuevos ejemplares reportados durante las últimas semanas, nos dicen que la evolución de nuestro género se remonta a mucho antes de lo que pensábamos, y que muchas especies y tipos de los primeros seres humanos coexistieron durante aproximadamente un millón de años antes de que nuestros antepasados se convirtieron en la única especie Homo".
Un pequeño trozo de fémur fósil fue descubierto por primera vez en 1980 en el sitio de Koobi Fora en Kenia. El proyecto de la co-investigadora Meave Leakey regresó al lugar con su equipo en 2009 y descubrió el resto del misma fémur y la pelvis a juego, demostrando que los fósiles pertenecían al mismo individuo de hace 1.900.000 años.