MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
Técnicas simples de imágenes de satélite y nuevas investigaciones de campo han revelado que un grupo de pirámides de emperadores chinos fue orientado anticipándose al movimiento previsto de la Estrella Polar.
El complejo funerario del primer emperador chino de la dinastía Qin (3 AC) es uno de los sitios arqueológicos más famosos del mundo debido al descubrimiento del ejército de estatuas de terracota, destinado a acompañar al emperador en el más allá.
Menos conocido es el hecho de que la tumba propiamente dicha (aún no excavada) se encuentra debajo de una gigantesca colina artificial de tierra apisonada. Esta colina tiene una forma cuadrada, un lado base de más de 350 metros y tiene más de 40 metros de altura, y puede ser fácilmente llamada pirámide.
Cabe destacar que todos los emperadores de la dinastía posterior, los Han occidentales, eligieron ser enterrados bajo pirámides similares. Estos mausoleos siguen siendo visibles hoy en día en los alrededores del noroeste de Xian a lo largo del río Wei. Incluyendo las tumbas de las reinas y otros miembros de las familias reales, hay más de 40 "pirámides chinas". De estos, solo dos han sido (parcialmente) excavados.
Las pirámides egipcias están orientadas con gran precisión a los puntos cardinales en virtud de los fuertes lazos de la religión funeraria de los faraones egipcios con el cielo, y en particular con las estrellas circumpolares.
Aunque no hay conexión con las pirámides egipcias, los emperadores chinos acreditaron su poder como un mandato directo del cielo, identificando la región circumpolar como una imagen celestial del palacio imperial y sus habitantes. Por lo tanto, era natural esperar que las pirámides chinas, tumbas de los emperadores, estuvieran orientadas hacia los puntos cardinales.
En este sentido, los resultados del nuevo estudio, publicado en Archaeological Research in Asia, son sorprendentes.
Resulta que estos monumentos se pueden clasificar según dos "familias". Una de esas familias comprende monumentos orientados con buena precisión a los puntos cardinales, como se esperaba. En la otra familia, hay desviaciones significativas del norte verdadero, todas comparables y todas en la misma "mano" (hacia el oeste del norte, mirando hacia el monumento).
No es posible que esta segunda familia haya resultado de errores de los astrónomos y arquitectos chinos. Las brújulas rudimentarias existían en ese momento, pero no hay correspondencia con los datos paleomagnéticos. La explicación propuesta en el artículo es, pues, astronómica: los emperadores que construyeron las pirámides de la segunda familia no querían señalar el polo norte celeste, que en ese momento no correspondía a ninguna estrella, sino a la estrella a la que el polo se acercaría en el futuro: la Estrella Polar.
Todo este discurso puede parecer extraño a primera vista, pero el eje de la Tierra cambia lentamente de posición en el cielo. Los astrónomos chinos eran casi ciertamente conscientes de esto. Hoy en día, el polo norte celeste se identifica con la Estrella Polar (aunque en realidad la correspondencia no es perfecta), pero en la época de los emperadores Han, el polo todavía estaba lejos de esa estrella, y con una distancia en grados aproximadamente igual a la desviación de las pirámides chinas del norte geográfico.