MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
Investigadores españoles han hallado en el subsuelo de la marisma de Hinojos (Huelva), en el Espacio Natural de Doñana, pruebas de un asentamiento humano hace unos 5.000 años.
El estudio, que se enmarca dentro del Proyecto Hinojos, una iniciativa multidisciplinar iniciada en 2005 con el apoyo de la Estación Biológica de Doñana del CSIC y de la Junta de Andalucía, se publica en la revista 'Journal of Archaeological Science: Reports'. En él han participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Huelva, la Universidad de Granada, la Universidad de Barcelona y la Fundación del Hogar del Empleado (FUHEM).
Según explica el investigador del CSIC Juan José Villarías-Robles, del Instituto de Lengua, Literatura y Antropología, la identificación de pólenes y de restos microscópicos de la actividad de seres humanos y animales en muestras de la sedimentación acumulada durante el Holoceno ha permitido hacer una estimación de los diferentes paisajes de Doñana en el pasado.
"Los resultados han venido a corroborar de modo independiente los de la investigación geológica, arqueológica y cronológica realizada por nuestro equipo con anterioridad", añade en un comunicado.
Tal y como apunta el investigador del CSIC José Antonio López-Sáez, del Instituto de Historia, los pobladores de este asentamiento, cuyas huellas se hallan sepultadas bajo muchos metros de sedimentación posterior, practicaban al menos la agricultura y la ganadería.
Entre los años 2200 y 2000 aC se produjo una rápida transgresión marina y la línea de costa se desplazó hacia dentro del continente gracias, en parte, al hundimiento de la superficie por la tectónica del suelo de la desembocadura del Guadalquivir. Este episodio geológico, que coincidió con un tsunami en el Golfo de Cádiz, puso fin repentino a esa comunidad y a su cultura y transformó el paisaje de forma radical.
La desaparición de ese poblamiento, según indica el estudio, tuvo lugar cuando ya se había iniciado en los países del Mediterráneo una nueva fase climática del Holoceno, más seca y cálida que la anterior. Según asegura Antonio Rodríguez-Ramírez, investigador de la Universidad de Huelva, "el hundimiento del terreno continuaría progresivamente hasta los primeros siglos de nuestra era, por lo que la geomorfología de las formaciones litorales y estuarinas del Espacio Natural (la que hoy es visible sobre el nivel del mar) tendría una antigüedad de tan sólo unos 2.000 años como máximo".
"El poblamiento en las hoy marismas de Doñana no se recuperó hasta unos 1.000 años después de la transgresión marina de finales del III milenio antes de nuestra era, en parte por esas nuevas condiciones climáticas del Holoceno y en parte porque en el milenio siguiente tuvieron lugar en el Golfo de Cádiz otros dos tsunamis del Atlántico en el litoral: uno hacia el año 1450 antes de nuestra era y el segundo, unos 300 años más tarde", añade Villarías-Robles.
Fue sólo después de este último episodio cuando la zona pudo conocer un nuevo desarrollo cultural, el de la fase final de la Edad del Bronce en el suroeste de la Península, que es el que encontraron los exploradores y comerciantes fenicios, que marcó el paso de la Península de la prehistoria a la historia, según explica el investigador.
La existencia de poblamiento humano en las actuales marismas de Doñana en los periodos Calcolítico y Edad del Bronce, así como de huellas de episodios de olas extremas destructivas del Atlántico en el litoral del bajo Guadalquivir en los milenios III y II aC, contradicen el modelo aceptado hasta la fecha por la mayoría de historiadores y arqueólogos sobre la formación de las marismas del Guadalquivir y del actual paisaje del Espacio Natural de Doñana.