Las tomografías computarizadas revelaron lo que habría contenido el cerebro del Ceratosuchops, incluida la cavidad cerebral (púrpura), los nervios craneales (amarillo), el oído interno (rosa) y los vasos sanguíneos (rojo y azul). - ANTHONY HUTCHINGS/CHRIS BARKER/NHM
MADRID, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de las universidades de Southampton y Ohio han reconstruido los cerebros y oídos internos de dos espinosaurios, revelando cómo estos depredadores interactuaban con su entorno.
Los espinosaurios son un grupo inusual de dinosaurios terópodos, dotados de largas mandíbulas similares a las de los cocodrilos y dientes cónicos. Estas adaptaciones les ayudaron a llevar un estilo de vida un tanto acuático que consistía en acechar las orillas de los ríos en busca de presas, entre las que se encontraban grandes peces. Este modo de vida era muy diferente del de los terópodos más conocidos, como el Allosaurus y el Tyrannosaurus.
Para comprender mejor la evolución del cerebro y los sentidos de los espinosaurios, el equipo analizó los fósiles de Baryonyx, de Surrey, y Ceratosuchops, de la isla de Wight, ambas en Reino Unido. Estos dos son los espinosaurios más antiguos de los que se conoce material cerebral.
Estas enormes criaturas vagaban por el planeta hace unos 125 millones de años. Los cerebros de ambos especímenes están bien conservados, y el equipo reconstruyó digitalmente los tejidos blandos internos que llevaban tiempo descompuestos.
Los investigadores descubrieron que los bulbos olfativos, que procesan los olores, no estaban especialmente desarrollados y que el oído probablemente estaba sintonizado con sonidos de baja frecuencia. Las partes del cerebro encargadas de mantener la cabeza estable y la mirada fija en la presa estaban posiblemente menos desarrolladas que en los espinosaurios posteriores, más especializados.
"A pesar de su inusual ecología, parece que el cerebro y los sentidos de estos primeros espinosaurios conservaban muchos aspectos en común con otros terópodos de gran tamaño: no hay pruebas de que su estilo de vida semiacuático se reflejara en la organización de su cerebro", afirma en un comunicado Chris Barker, estudiante de doctorado de la Universidad de Southampton que dirigió el estudio.
Una interpretación de estas pruebas es que los terópodos antepasados de los espinosaurios ya poseían cerebros y adaptaciones sensoriales adecuadas para la captura de peces a tiempo parcial, y que "todo" lo que necesitaban los espinosaurios para especializarse en una existencia semiacuática era desarrollar un hocico y unos dientes inusuales.
"Dado que los cráneos de todos los espinosaurios están tan especializados en la captura de peces, resulta sorprendente ver cerebros tan 'no especializados'", afirma el doctor Darren Naish, autor del estudio.
"Pero los resultados siguen siendo significativos. Es emocionante obtener tanta información sobre las capacidades sensoriales -oído, olfato, equilibrio, etc.- de los dinosaurios británicos. Gracias a una tecnología de vanguardia, hemos obtenido de estos fósiles toda la información posible relacionada con el cerebro", añade.
En los últimos años, el laboratorio EvoPalaeo de la Universidad de Southampton ha realizado importantes investigaciones sobre los nuevos espinosaurios de la isla de Wight. El propio Ceratosuchops no fue anunciado por el equipo hasta 2021, y su descubrimiento fue seguido por la publicación de otro nuevo espinosaurio, el gigantesco espinosaurio White Rock, en 2022.
El cerebro de Ceratosuchops fue escaneado en el Centro de Imágenes de Rayos X mu-Vis de la Universidad de Southampton, donde se encuentran algunos de los escáneres de TC más potentes del país, y un modelo de su cerebro se expondrá junto a sus huesos en el Museo de la Isla de los Dinosaurios de Sandown, en la isla de Wight.
Lawrence M. Witmer, coautor del estudio y catedrático de Anatomía de la Facultad de Medicina Osteopática Heritage de la Universidad de Ohio, que lleva más de 25 años realizando tomografías computarizadas de dinosaurios, incluido el Baryonyx, afirma que "esta nueva investigación es sólo la última de lo que supone una revolución en paleontología gracias a los avances en la obtención de imágenes de fósiles mediante TC".
"Ahora estamos en condiciones de poder evaluar las capacidades cognitivas y sensoriales de animales extintos y explorar cómo evolucionó el cerebro en dinosaurios de comportamiento extremo como los espinosaurios", asegura.
"Este nuevo estudio pone de relieve el importante papel que desempeñan los fósiles británicos en nuestra comprensión de los dinosaurios, en constante evolución y en rápido movimiento, y muestra cómo el Reino Unido, y la Universidad de Southampton en particular, está a la vanguardia de la investigación sobre los espinosaurios", apunta el doctor Neil Gostling, que dirige el EvoPalaeoLab de la Universidad de Southampton.
"Los propios espinosaurios son uno de los grupos de dinosaurios más controvertidos, y este estudio es una valiosa aportación a los debates en curso sobre su biología y evolución", concluye.