MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los movimientos moralizantes que dieron origen a las principales religiones --budismo, islam, judaísmo, hinduismo y cristianismo--, surgieron casi al mismo tiempo en tres regiones de Eurasia.
Un equipo de investigadores ha desarrollado un modelo estadístico basado en la historia y psicología humana que revela que el aumento de los niveles de vida en las grandes civilizaciones de Eurasia promovió la aparición de las religiones del mundo.
"Las religiones del mundo y las espiritualidades laicas comparten probablemente más de lo que pensamos", afirma Nicolas Baumard, de la 'Ecole Normale Supérieure' de París, en Francia. "Más allá de doctrinas muy diferentes, es probable que todos aprovechen los mismos sistemas de recompensa en el cerebro [humano]", añade este autor de la investigación, que se publica este jueves en la revista 'Current Biology'.
Hoy parece casi evidente que la religión está en el lado de las preocupaciones espirituales y morales, pero no siempre fue así, señala Baumard. En las sociedades de cazadores-recolectores y principios de los cacicazgos, por ejemplo, la tradición religiosa se centró en los rituales, las ofrendas de sacrificio y los tabúes diseñados para protegerse de la desgracia y el mal.
Eso cambió entre los años 500 y 300 aC, una época conocida como la "era axial", cuando las nuevas doctrinas aparecieron en tres lugares en Eurasia. "Estas doctrinas destacaron el valor de la 'trascendencia personal'", escriben los investigadores, "la idea de que la existencia humana tiene un propósito, distinto del éxito material, que se encuentra en una existencia moral y el control de los propios deseos materiales, a través de la moderación (en la comida, el sexo, la ambición, etcétera), el ascetismo (el ayuno, la abstinencia, el desapego), y la compasión (ayudar, sufrir con otros)".
Mientras que muchos estudiosos han argumentado que las sociedades a gran escala son posibles y funcionan mejor debido a la religión moralizante, Baumard y sus colegas no estaban tan seguros. Después de todo, apunta, algunos de "los antiguos imperios más exitosos tenían elevados dioses sorprendentemente no morales", en alusión a Egipto, el Imperio Romano, los aztecas, los incas y los mayas.
En el nuevo estudio, los científicos probaron varias teorías para explicar la historia de un modo nuevo mediante la combinación de modelos estadísticos en series cuantitativas muy a largo plazo con las teorías psicológicas basadas en enfoques experimentales.
De esta forma, vieron que la opulencia, a la que se refieren como "la captación de energía", explica mejor lo que se conoce de la historia de la religión, no la complejidad política o el tamaño de la población. Su modelo de captación de energía muestra una brusca transición hacia religiones moralizantes cuando a los individuos se les proporcionó 2.000 kcal/día, un nivel de prosperidad que sugiere que las personas estaban generalmente seguras, con techos sobre sus cabezas y un montón de comida, tanto en ese momento actual como en el futuro previsible.
"Esto parece muy básico para nosotros hoy, pero esta tranquilidad era totalmente nueva en ese tiempo", dice Baumard. "Los seres humanos que viven en sociedades tribales o incluso imperios arcaicos a menudo experimentan hambre y las enfermedades y viven en casas muy rudimentarias. Por el contrario, el alto crecimiento de la población y la tasa de urbanización en la era axial sugiere que, para ciertas personas, las cosas empezaron a ponerse mucho mejor", argumenta.