Brindos celebra el otoño con la reapertura de su irresistible chocolatería artesanal frente al lago

(Información remitida por la empresa firmante)

Con la llegada del otoño, Brindos invita a sus huéspedes y visitantes a descubrir un refugio de indulgencia y tradición en su famosa chocolatería, un espacio emblemático donde la historia del chocolate se fusiona con el lujo y la comodidad de un entorno incomparable.

Brindos, situado junto a un majestuoso lago en Anglet y rodeado de frondosa naturaleza, es mucho más que un simple alojamiento de lujo. Su Chocolaterie, respaldada por siglos de tradición, acaba de reabrir y es el punto de encuentro perfecto para los amantes del chocolate y aquellos en busca de experiencias gastronómicas únicas. Con raíces que se remontan a 1615, cuando el chocolate fue introducido en Bayona desde España, la tradición chocolatera sigue viva y se transforma en un espectáculo para los sentidos en este rincón del País Vasco francés.

El chocolate es parte del patrimonio cultural y gastronómico del País Vasco francés, y el hotel se enorgullece de formar parte de esta rica historia. Con Bayona aún siendo conocida como la “Ciudad del Chocolate”, Brindos aprovecha la llegada del otoño para rendir homenaje a esta larga tradición. Durante esta temporada, el hotel y su chocolatería ofrecen a sus visitantes una escapada ideal para disfrutar de la tranquilidad del entorno, la calidez del servicio y el placer de los sabores más refinados.

Los visitantes tienen la oportunidad de ser testigos del proceso artesanal de producción del chocolate, en un ambiente que evoca los aromas y sabores de antaño. Además, la chocolatería se convierte en un espacio de convivencia, con su propuesta de desayunos y brunches sin horario fijo, abiertos tanto a los huéspedes del hotel como a los visitantes. Aquí, se pueden degustar productos locales y caseros, desde brioches y pasteles hasta granolas, todo acompañado, por supuesto, de las más exquisitas creaciones de chocolate.

El chocolate y el otoño: la pareja perfecta

Con la llegada del otoño, la Chocolaterie de Brindos se convierte en el refugio perfecto para disfrutar de la estación en todo su esplendor. Mientras las hojas caen y el aire se vuelve más fresco, los huéspedes pueden acomodarse en los confortables sofás con vistas al lago, disfrutando de una taza de chocolate caliente o explorando las creaciones más audaces que no dejan de sorprender con combinaciones de sabores tanto dulces como salados, perfectas para acompañar la temporada.

La tradición y la innovación se combinan para crear una experiencia de degustación inolvidable. Desde tabletas de chocolate artesanal hasta preparaciones líquidas y untables, la chocolatería de Brindos presenta una amplia variedad de delicias. Además de disfrutarse en el hotel, es posible llevarse a casa una selección de productos exclusivos que encapsulan el alma del chocolate que se crea en el castillo.

El chocolate también está presente en el spa

El equipo del área wellness de Brindos ha creado diferentes programas con diversidad de tratamientos para sus huéspedes. Entre ellos se encuentra el programa Beauty, especialmente diseñado con el objetivo de aportar firmeza, brillo y luminosidad a la piel. Un total de tres días en los que el huésped puede experimentar, tras un diagnóstico de la piel gracias a la tecnología de Gemology, una serie de cuidados como tratamientos faciales, de manos y pies, exfoliaciones, masajes relajantes o una envoltura hidratante de chocolate, entre otros muchos.