La profesora de Fotografía de la Facultad de Comunicación Rebeca Pardo cree que las videollamadas "son ahora esenciales para enfermos y familiares" y atenúan "el lado más afectivo y emocional de la enfermedad y de las cuarentenas"
Pardo asegura que en estos momentos de confinamiento "las imágenes tienen una capacidad terapéutica, empática y conectora que tenemos que aprovechar"
Según esta investigadora, las imágenes de los seres queridos juegan roles importantes en muchos procesos de duelo y más en la situación actual
Barcelona, 27 de marzo de 2020.- La profesora de Fotografía de la Facultad de Comunicación de UIC Barcelona Rebeca Pardo ha afirmado que en el momento actual de crisis sanitaria generada por el COVID-19 y el confinamiento de la población, la imagen "es una herramienta muy potente para paliar la soledad, para fortalecer vínculos y para tranquilizar" porque "no es lo mismo imaginarse cómo está el otro que verlo y escucharlo".
Por ello, Pardo considera que en estos momentos son esenciales las videollamadas, tanto para familiares como enfermos, siempre que la situación lo permita, porque "en estas condiciones de distanciamiento y aislamiento físico pueden paliar al menos el lado más afectivo y emocional de la enfermedad y de las cuarentenas". No obstante, ha aclarado que siempre es mejor "preguntar antes de hacer una videollamada en determinadas circunstancias o de enviar una imagen para estar seguros de que la otra persona también se siente cómoda con esto" y "no forzar nada".
En el caso de los pacientes ingresados, la profesora de UIC Barcelona ha destacado que "es importante poder ver a nuestros seres queridos enfermos, pero también que ellos puedan vernos a nosotros porque no deberían sentirse solos ni abandonados" en un momento en que "la tecnología nos permite estar presentes con los nuestros más allá de las limitaciones físicas de nuestros cuerpos".
"Afortunadamente tenemos la tecnología para hacer más llevadero el confinamiento no sólo a los enfermos sino a todas esas personas que están solas en sus casas, y las imágenes tienen una capacidad terapéutica, empática y conectora que tenemos que aprovechar", ha añadido.
Según esta especialista, la imagen en general está jugando un "papel fundamental para todos en este momento de confinamiento en el que estamos separados de los nuestros, proporcionándonos lo que se denomina 'co-presencia visual', es decir, la sensación de estar presentes con los nuestros al menos visualmente o auditivamente".
Iniciativas sanitarias
La fotógrafa e investigadora en narrativas visuales de la enfermedad ha celebrado la iniciativa que llevan a cabo algunos profesionales sanitarios que, al llevar la cara cubierta, les muestran a los pacientes fotografías suyas para que puedan conocerlas o la que se ha puesto también en marcha para hacer videollamadas a los familiares de aquellos pacientes que se han recuperado para dar las buenas noticias mirándose a los ojos. En este sentido, ha comentado que "ver un rostro amigo o la fotografía sonriente de una enfermera hace que conectemos, que empaticemos y que nos sintamos más comprendidos, aceptados y queridos".
Por otro lado, en procesos de enfermedad Pardo considera que la imagen también "puede ayudar a asumir que lo que nos dicen es cierto, que no se está exagerando o sí, es decir, que la imagen y el vídeo nos pueden ayudar a asimilar la realidad por cruda que ésta sea". "En algunos casos es complicado tomar conciencia de la gravedad si no ves al paciente. Son situaciones muy delicadas en las que la decisión de tomar un foto o grabar un vídeo es complicada, y no siempre válida, pero he entrevistado a muchas personas a las que la fotografía o el vídeo les ha ayudado a aceptar la situación y a procesar duelos complicados en situaciones de enfermedad", ha concluido.
En caso de estar interesados en contactar con esta investigadora:
Nestor Cumplido
Comunicación Facultades Campus Barcelona
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