FVET muestra su confianza en las negociaciones con el Gobierno para evitar una huelga
VALNCIA, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 90 por ciento de los transportistas de la Comunitat Valenciana denuncia la "asfixia" que sufre el sector debido a la "escalada desbocada" de costes, "con especial relevancia en los combustibles", cuyo precio se ha incrementado en un 68 por ciento en el último año.
Así lo refleja una encuesta para tomar el "pulso" a la situación del sector, realizada por la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET), y que han presentado este lunes el presidente de la FVET, Carlos Padres; el vicepresidente, Juan Ortega, y el secretario general de la patronal, Carlos García. Los responsables de la federación han analizado los principales retos del sector y han abogado por "confiar" en la negociación con el Gobierno antes de plantear la convocatoria de una huelga.
Padres ha explicado que, en base a la encuesta, lo que más preocupa al sector es la subida del precio de combustible, que ha pasado de suponer un 30% de los costes directos a un 40%.
Según ha detallado, el precio del combustible ya se sitúa en más de 2,1 euros por litro, un 68% más que en 2021, lo que implica que llenar un camión articulado de carga general de mil litros, con el que se pueden recorrer 2.860 kilómetros, cuesta 838 euros más que el año pasado. Así, ha advertido que una flota media de tres vehículos tiene un sobrecoste de 2.514 euros.
"Esto, en cualquier sector, es inasumible", ha lamentado el presidente de FVET, en cuya encuesta los asociados apuntan a que este incremento puede provocar cierres de empresas.
En este contexto, ha reivindicado "soluciones estructurales" y también ha pedido ayudas directas para paliar la situación de un sector que está "intentando acostumbrarse a una nueva forma de funcionar" mientras sus costes aumentan.
"RESPONSABILIDAD" ANTES QUE UNA HUELGA
En cuanto a la posible convocatoria de una huelga de transporte, la patronal FVET ha apelado a la "responsabilidad". "Los empresarios no tienen en su diccionario la palabra 'parar'", y lo que quieren es "trabajar y negociar", ha sostenido el presidente de la federación, al tiempo que ha remarcado que esa es la postura también del Comité Nacional del Transporte por Carretera del que forma parte. No obstante, ha reconocido que, "si llega un momento en que intentas dialogar y no dicen nada, lo último que queda es parar".
Por su parte, en declaraciones a los medios, el vicepresidente ha señalado que "hay que confiar un poco en las negociaciones que está llevando a cabo el Comité", aunque "puede ser que si la situación empeora y los acuerdos tomados no se llevan a cabo en septiembre, entonces sí que es posible que se plantee alguna acción" y "probablemente" podría haber una huelga en otoño.
FALTA DE 2.000 CONDUCTORES EN LA COMUNITAT
Además del precio del combustible, los transportistas están preocupados por otras cuestiones que repercuten en los costes como la adquisición de vehículos --los camiones han pasado de costar 80.000 euros de media a 110.000-- y el incremento salarial del 6,5% acordado en el convenio colectivo. Igualmente, la falta de conductores es otro de los problemas sobre el que llaman la atención en la encuesta.
Según los datos de FVET, la falta de conductores en 2021 afectaba a una de cada tres empresas y este año ya al 50%. Solo en la Comunitat Valenciana, la federación estima una carencia de 2.000 profesionales, que ya está suponiendo paradas operativas. Juan Ortega avisa que, poniendo "las luces largas", el sector teme una carencia de "relevo generacional".
Preguntado por las posibles causas, el presidente de FVET ha señalado que interfieren multitud de elementos, desde la "dureza del trabajo" --que, reconoce, "no es el más cómodo del mundo" e implica largas ausencias y horarios de difícil conciliación-- hasta los salarios, con empresas "donde no se repercute lo necesario para que resulten atractivos", ha reconocido.
Carlos Padres ha reivindicado "medidas de calado" que pasan por la formación y profesionalización del sector, no solo del conductor sino de toda la cadena, "más que nadie" las gerencias, y ha valorado iniciativas como las del gobierno del Castilla y León, con ayudas para la obtención de unas capacitaciones y permisos que pueden ascender a 4.000 euros. En ese sentido, ha señalado que la patronal está "intentando" llegar a algún acuerdo con la Generalitat en materia de formación. El responsable de FVET apuesta también por mejorar la seguridad, tecnología y comodidad de los vehículos.
Según FEVT, el sueldo de un conductor se sitúa como mínimo en los 2.500 euros brutos. La federación detalla que, en el transporte internacional, más de la mitad de conductores son personas migrantes de primera generación, pero tampoco los de segunda generación parecen predispuestos a tomar el relevo.
PROBLEMAS OPERATIVOS
Asimismo, el 50% de los transportistas valencianos también destaca el problema del bajo precio del transporte, y ponen el foco en dificultades operativas de la prestación de servicios, por ejemplo la cola de entrada a puertos como el de Valncia. Según FVET, una retención de cinco horas puede suponer una merma de tres millones de euros al mes.
Con todo, la mayoría de las empresas da un aprobado a la situación general del sector, aunque el 30% la califican de suspenso debido a estas problemáticas, unidas a la competencia desleal, la elevada fiscalidad y la morosidad.
MÁS ACTIVIDAD, PERO SIN AUMENTO DE INGRESOS
En 2022, según ha detallado Carlos García, el 25 por ciento de las empresas manifiesta que se ha incrementado de forma notable su actividad, pero se da una "paradoja": solo un 15% apunta a que han subido sus ingresos.
Para el resto del año, no obstante, la encuesta revela un "cambio de dinámica" y previsiones "moderadamente optimistas" ante la puesta en marcha en los próximos meses de medidas pactadas con el Gobierno, especialmente en cuanto al descuento en el combustible, que esperan que sea "la tabla de salvación para conseguir una situación más estable", pero también otras como la prohibición de las operaciones de carga y descarga de la mercancía por parte de los conductores y la limitación a una hora de los tiempos de espera en las zonas de carga y descarga.