VALNCIA 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ha destacado la "humildad" del Papa emérito Benedicto XVI, a quien ha calificado de "Papa de la fe", y su figura como "sembrador del Evangelio", al tiempo que ha subrayado que "no se sometió a juicios humanos ni buscó éxitos o reconocimientos que vienen del mundo".
En su homilía durante la misa solemne en sufragio del Papa emérito celebrada este lunes en la Catedral de Valncia, Benavent ha hecho hincapié en que Benedicto XVI "puso su teología, su predicación y sus enseñanzas al servicio de una fe profesada con la humildad de quien sabe que la fe del hombre incluso más creyente siempre puede estar amenazada por el abismo de la duda y con la humildad de quien no impone su manera de ver las cosas".
"En sus años de pontificado fue un papa de la palabra, sus homilías e intervenciones magisteriales alimentaban al pueblo de Dios con las riquezas de la palabra. Pero en él no había espíritu de erudición. Por ello, más que un Papa de la palabra fue un Papa de la fe, como ha dejado claro en su testamento espiritual", ha expresado, según recoge el Arzobispado de Valencia en un comunicado.
Durante la misa oficiada en la Catedral, el arzobispo de Valencia ha asegurado que el Papa emérito, cuyas cualidades e inclinación natural "lo predisponían al estudio y enseñanza de la teología", "nunca imaginó que sería llamado al ministerio de Pedro, pero lo aceptó como un humilde trabajador de la viña del Señor y mientras sus fuerzas se lo permitieron".
"Como teólogo, obispo, prefecto de la congregación de la Doctrina de la Fe, Papa y Papa emérito, ha prestado un gran servicio al Señor y su Iglesia, un servicio por el que hoy damos gracias a Dios", ha afirmado.
"SEMBRADOR DEL EVANGELIO"
Igualmente, monseñor Benavent ha destacado la figura de Benedicto XVI como "sembrador del Evangelio": "Alimentó la fe del pueblo de Dios, recordando que la autenticidad de una vida sacerdotal está en el capacidad de convertirse en grano de trigo, aparentemente insignificante, pero que en realidad es lo que produce fruto".
En este punto, ha mencionado que en un momento de su vida "entró en silencio, se convirtió en grano de trigo" y ha resaltado que precisamente ese tiempo de silencio "no fue inútil". "En el sufrimiento da el hombre más que en acción, no sólo en energía, sino en su sustancia máxima", ha añadido.
"La Iglesia se edifica y crece por la entrega de los cristianos a su misión, tanto en el tiempo en el que estamos llamados a ser sembradores de la palabra como cuando nos llega el momento de convertirnos en grano de trigo, cuya misión es desgastarnos a nosotros mismos. Es entonces cuando experimentamos que, aún cuando el hombre exterior se va desmoronando, el hombre interior se va renovando día a día", ha pronunciado.
Finalmente, el arzobispo de Valencia ha pedido por el Papa emérito Benedicto XVI "para que su deseo de vida se haya visto saciado y para que esa confianza en Cristo que con su amor purifica nuestras faltas y que en el día del juicio será al mismo tiempo juez y abogado, se haya visto recompensada".
La misa ha sido concelebrada por el cardenal arzobispo emérito de Valencia, Antonio Cañizares, y los obispos auxiliares de Valencia, monseñores Arturo Ros, Javier Salinas y Vicente Juan, junto a los monseñores valencianos Manuel Ureña y Joan Piris, arzobispo emérito de Zaragoza y obispo emérito de Lleida, respectivamente.
Del mismo modo, la Basílica de la Virgen de los Desamparados acogerá una misa solemne por el Papa Benedicto XVI este miércoles 11 de enero a las 18.30 horas, y en todas las iglesias parroquiales, santuarios y comunidades religiosas se celebrará una Misa exequial.