VALNCIA 4 Ene. (EUROPA PRESS) -
El nuevo arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, afirma que "la mentalidad relativista que predomina en nuestra cultura occidental causó muchas incomprensiones al papa Benedicto XVI y choca con una de las ideas que defendió: la verdad es el único camino para la justicia y el bien".
A un día del funeral del papa emérito, Benavent expresa en un comunicado que Benedicto XVI "nunca buscó ningún poder terreno, simplemente quiso ser un cooperador de la verdad y solo aceptó someterse a ella".
"Ni en su obra teológica ni en su magisterio ha sido Benedicto XVI un fundamentalista: la palabra de Dios ha sido siempre el alma de su teología, pero él ha expuesto con claridad y lucidez las razones para creer, la conexión de las verdades cristianas entre sí, lo que las hace más creíbles, y su relación con la salvación que Dios nos ha ofrecido en Jesucristo".
"En un momento en el que se viven debates ideológicos en el seno de la Iglesia, que llevan a interpretaciones de la fe muy distantes entre sí, Benedicto XVI enseñó la actitud fundamental que debe acompañar siempre a los católicos: no son las ideologías ni las modas de nuestro mundo las que deben condicionar nuestra comprensión de la fe, sino que es la fe, creída y confesada en el seno de la Iglesia, la que debe configurar nuestra manera de pensar", precisa el purpurado.
A su juicio, si hay algún elemento que permite unificar todas las etapas de su vida --como sacerdote y profesor de teología, arzobispo de Munich, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Papa y papa emérito-- es "su amor a la verdad, que para el cristiano tiene un rostro personal que es Cristo": "Toda su obra teológica no es más que la expresión de un esfuerzo de comprensión de la fe, que le ha acompañado a lo largo de toda su vida".
En esta línea, Benavent reivindica que "Benedicto XVI se presentó al mundo como Papa recién elegido afirmando que era un humilde trabajador de la viña del Señor" y recuerda que se despidió con las palabras "solo soy un peregrino en la última etapa de su peregrinaje en esta tierra". "El trabajador ha terminado su misión; el peregrino ha llegado a la meta", concluye.