ALICANTE 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
La sección séptima de la Audiencia de Alicante ha condenado, en aplicación de un veredicto emitido por de jurado popular, a 23 años de prisión a un albañil belga que asesinó a una compatriota en cuya casa de Torrevieja realizaba reformas en abril de 2007.
Además, la magistrada-presidenta del jurado le condena al pago de una indemnización de 60.000 euros a los herederos de la víctima y confirma la absolución del hijo mayor del condenado, de 24 años, también acusado en el proceso y en prisión provisional por los mismos hechos.
El jurado en su veredicto consideró probado que el condenado, de 51 años, había realizado obras de albañilería en la vivienda de la víctima, de 53 años, con la ayuda de su hijo menor de edad, y que habían surgido diferencias económicas entre ambos hasta el punto de que lamujer le llegó a denunciar, en marzo de 2007, por amenazas, presiones e intentos de robo.
El enfrentamiento entre ambos terminó en la madrugada del 9 de abril de 2007, cuando el condenado se dirigió a casa de la víctima, situada en la calle Formentera de la urbanización Becisa de Torrevieja, sobre las 04.00, acompañado por su hijo mayor, recién llegado de Bélgica para conocer a quien era su padre biológico.
El ahora condenado logró entrar en la vivienda empujando la puerta, que había sido forzada el día anterior para que pareciera que estaba cerrada y, una vez en el interior, buscó y comenzó a golpear en la cabeza a la víctima con una maza. Según los hechos probados, el hijo desconocía las intenciones de su padre e intentó evitar la agresión, momento en el que la víctima le llegó a provocar un arañazo, pero al no poder hacerlo huyó aterrorizado de la vivienda.
El padre se quedó solo con la víctima, que todavía se encontraba con vida y que intentó huir hasta que cayó al suelo junto a la puerta del dormitorio. Ahí fue donde la golpeó en la cabeza y en las extremidades inferiores hasta causarle la muerte.
Durante el juicio ha queda demostrado que familiares y vecinos conocían el temor que la víctima sentía hacia el condenado al punto de que la mujer llegó a trasladarse a un hotel a dormir y a vivir con el perro de un vecino para sentirse más segura.
Asimismo, el jurado consideró probado que el condenado y su familia presionaron al hijo mayor para que cambiara su versión de los hechos, tras incriminar a su padre --que no pido acreditar su coartada--, intentando por medio de cartas remitidas a la prisión que se autoinculpara y dijera que en la madrugada del asesinato su padre se encontraba en compañía de su hijo menor de edad.
INTENCIONALIDAD "CLARA"
Por ello, concluye la magistrada-presidenta que existió una intencionalidad "clara" de matar del acusado por los problemas económicos que existían como consecuencia de las relaciones comerciales que mantenían; por la elección del medio empleado; por las amenazas precedentes; por la alcance de las lesiones, por las condiciones de espacio y lugar y por su conducta posterior limpiando la casa y lavando la ropa.
Asimismo, destaca que la víctima no tuvo posibilidades de defensa, al ser un ataque "sorpresivo" y que el acusado se "recreó" en el "plus de sufrimiento" de la mujer, a la que golpeó con "saña y ensañamiento". En este caso, además, existe la prueba incriminatoria directa del hijo mayor, absuelto del asesianto por seis votos a tres el jurado.