Comercios de Benetússer (Valencia) retoman su actividad con "mucha alegría" de poder reecontrarse con sus clientes - EUROPA PRESS
VALENCIA, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Varios comercios de la localidad valenciana de Benetússer han retomado su actividad esta semana tras los daños ocasionados por la DANA. Algunas farmacias, carnicerías o restaurantes han reabierto sus puertas con la "alegría" de reencontrarse con sus clientes.
Es el caso de la Farmacia Avenida 64 que ha vuelto a dar servicio este lunes tras los daños que sufrieron en el establecimiento después de que el barro alcanzara medio metro de altura. Entre las pérdidas, destacan los daños en material informático, que todavía no han podido recuperar, y toda la suciedad que han tenido que limpiar entre familiares y trabajadores.
La titular de esta farmacia, Mari Carmen Belda, ha explicado, en declaraciones a Europa Press Televisión, que han retomado su actividad de forma provisional con "mucha alegría" de volver a ver a clientes y ofrecer un servicio importante para la población, sobre todo para la gente mayor y para los pacientes crónicos.
Ahora se siente "aliviada" al ver las puertas de su farmacia otra vez abiertas aunque asegura que han tenido que trabajar "muy duro" para poder reabrir. "Toda la plantilla se ha portado muy bien y mi familia también ha venido a ayudarme, pese a que los accesos a Benetússer eran complicados. Todos han hecho un sobreesfuerzo por poder llegar y dar servicio dentro de la normalidad".
Otro de los establecimientos, una carnicería ubicada en el Mercado Municipal de Benetússer que sigue llevando Josefa Mateo Nieto a sus 80 años, ha comentado que por suerte no les entró mucho barro en su comercio pero que tuvieron que tirar todo el género. La propietaria de esta tienda confiesa que está "muy contenta" de haber reabierto su carnicería.
Comenta que en los primeros días, con las calles todavía llenas de barro, la gente tenía miedo y no venían a comprar pero ahora ya están notando que llegan cliente y que, en vez de llevarse un pollo, "se llevan dos" porque asegura que "tienen miedo a que si llueve pase lo que ha pasado", señala Josefa.
Otra de las carnicerías de Benetússer, Carnes Mateo, también en el mercado municipal de este municipio, lleva abierta desde el viernes y aseguran que han tenido una buena respuesta de la clientela que "tenía ganas de comer carne".
Este vendedor ha lamentado que tuvieron que tirar todo el género que tenían en las neveras, que estaban completamente llenas, por la víspera del Día de Todos los Santos, por lo que calculan que han tenido una importante pérdida económica. En su vuelta a la actividad, señala que lo que más le ha gustado es el ver la sonrisa de la gente al comer carne "después de 12 días comiendo latas": "Así cambian un poco la monotonía y vuelven a cocinar".
Uno de los bares del municipio, la 'Bodeguita de Pipo', ha explicado que durante todos los días, pese a la DANA, han estado operativos aunque haya sido a medio gas, y que durante este tiempo han estado preparando comidas para que los voluntarios tuvieran un "plato caliente".
"Estamos dando comida para la gente que no tiene donde comer o qué comer, pero como bar no está todavía abierto", ha comentado David, su propietario, quien señala que el municipio sigue inaccesible y que solo dejan pasar camiones para el reparto de alimentos, no para hostelería.
Respecto a las pérdidas, David ha comentado que el barro llegó por encima de los tobillos, por lo que perdieron "todo lo que estaba por debajo, o sea, con las cajas de almacenadas, pues todo se fue a pique".
Mónica Cifre, que regenta un local de hostelería en esta localidad, ha comentado que aquel 29 de octubre vio como el agua se llevaba su moto y cómo su marido y sus hijos intentaban salvar sus coches. "Conseguimos salvar uno, el otro no, pero pasé mucha angustia durante toda la noche hasta que conseguí dar con ellos porque me quedé sin móvil", ha explicado.
Al día siguiente, cuando volvieron al local, explica que se sintieron afortunados por solo haberse encontrado que se había estropeado algunas neveras, algo que les preocupa menos porque los repartidores les van a cambiar estos electrodomésticos cuando puedan. Comenta que en su casa tenían hasta tres metros de fango pero que en el restaurante solo unos palmos.
"Hemos ayudado a quitar lodo y a repartir comida pero hoy hemos decidido abrir porque los autónomos, si no trabajamos, no comemos", ha asegurado Mónica quien ha señalado que en su primer día de apertura ha acudido mucha gente a almorzar.
Respecto a si han tenido que modificar su menú, esta hostelera ha indicado que han tenido que comprar cosas congeladas en vez de productos frescos para que tengan "un poquito más de duración" y así tener por lo menos dos o tres días "hasta que pueda alguien dejarme una moto y poder ir al pueblo a la carnicería", aunque admite que a su proveedor le llega la carne "con cuentagotas".