De confeccionar trajes de fallera a mascarillas: la Academia Camp de Turia reparte 50.000 entre colectivos

Mascarillas confeccionadas por alumn@s y colaborador@s de la Academia Camp de Turia
Mascarillas confeccionadas por alumn@s y colaborador@s de la Academia Camp de Turia - BLOG ENTRE TELAS
Actualizado: jueves, 16 abril 2020 12:14

VALÈNCIA, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -

Lleva 20 años dedicada a la enseñanza de la confección de trajes de indumentaria valenciana pero a raíz de la declaración del 'estado de alarma', la Academia Camp de Turia, ubicada en Llíria (Valencia), cerró la persiana para sus 220 alumnos procedentes de pueblos de toda la Comunitat. Sin embargo, su actividad, lejos de pararse se ha multiplicado gracias a la iniciativa de su directora y profesora, Paqui Zaragozá, y más de 150 personas, alumnas y colaboradoras, que han pasado de confeccionar trajes de fallera a coser mascarillas de protección frente al Covid-19.

En un mes ya han repartido cerca de 50.000 por todo el país de forma gratuita entre aquellos que lo necesitan, ya sean profesionales sanitarios en hospitales, personal de residencias, ayuntamientos, farmacias, cuarteles, policías, empresas privadas o personas de colectivos vulnerables en barrios marginales.

Se trata de una iniciativa solidaria, ha explicado la profesora de esta escuela de costura a Europa Press. No se venden las mascarillas, únicamente piden colaboración a aquellos que puedan aportar, ya sea con la compra de material o como estimen oportuno. Diversas empresas ya han colaborado en este sentido y un total de 150 personas trabajan voluntariamente en la confección y el reparto de estos equipos de protección individual.

Zaragozá tiene familiares sanitarios "en casa" y al ver la situación provocada por el coronavirus, decidió moverse para coser mascarillas. En la academia, ha formado con su alumnado como "una gran familia" en la que todos se conocen y se cuida a la persona. Así, cuando lanzó un "SOS" fueron muchos los que acudieron a su llamada, ha relatado.

Cada persona voluntaria cose desde su casa con el fin de evitar nuevos contagios y respetar el confinamiento, ha explicado. Las mascarillas que confeccionan no están homologadas pero su tejido es el de la fábrica Textil Batavia que sí ha obtenido la homologación por parte del Instituto Tecnológico Textil Aitex, ha apuntado.

Su próximo pedido es para un colectivo social de Zaragoza que atiende a personas de barrios marginales, "de los que viven hacinados y no salen en ninguna parte". Un veterinario valenciano contactó con la Academia y quería pagar para que enviarles 250 mascarillas. Lo que le han pedido es que ayude a comprar goma para enganchar las mascarillas y en lugar de 250, enviarán el doble.

"UN CAMBIO RADICAL"

Para todas las personas que colaboran con este proyecto ha sido un "cambio radical" que les ha llevado a trabajar incluso más que antes y si ha hecho falta han aportado la goma de sus pantis o de las cortinas de casa. Ante la crisis sanitaria, han querido "hacer algo por la sociedad", ha comentado Zaragozá.

Ahora, con el material que les queda esperan poder alcanzar las 100.000 mascarillas en estas dos semanas que quedan de abril. Después su intención es "parar" porque llevan ya un mes a tiempo completo "cosiendo sin parar" y se encuentran "muy cansadas, más mental que físicamente", ha confesado Zaragozá.

La profesora de costura espera que otros les "cojan el relevo". "Ya hemos puesto nuestro granito de arena, estamos muy cansadas más mental que físicamente, pero muy orgullosas del trabajo realizado y eso no nos lo quita nadie", ha subrayado.

Para cuando la academia pueda reabrir sus puertas y retomar la actividad, Paqui Zaragozá ha avanzado que piensa comprar material --que "es barato, lo caro es la mano de obra", ha dicho-- y repartirlo entre el alumnado para que quien lo desee pueda hacerse mascarillas. "Todos tenemos familia y amigos a quienes repartir. No sabemos cuando va a durar esto", ha dicho.

En todo caso, cuando todo pase, la profesora, experta en indumentaria valenciana, espera que se pueda hacer algo por las Fallas que no se han podido celebrar en marzo, "más que nada por la ilusión y los ánimos de la gente, por dar un aliciente para salir del pozo", ha concluido.

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