VALENCIA 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización, integrada por ciudadanos de origen nigeriano, y dedicada a la captación de mujeres de su misma nacionalidad a las que, una vez llegaban a España, obligaban a ejercer la prostitución callejera en Gandia (Valencia) y Bilbao hasta saldar una supuesta deuda de unos 50.000 euros.
Según ha informado el cuerpo policial en un comunicado, las mujeres debían ingresar el dinero obtenido por su trabajo en diferentes cuentas bancarias a nombre de terceras personas, con lo que comenzaba así el proceso de blanqueo de los beneficios obtenidos con la actividad delictiva.
La operación se ha saldado con la detención de cinco miembros de dicha organización --cuatro en Madrid y uno más en Bilbao-- y la completa desarticulación de la misma en España, tanto en su vertiente de explotación de las mujeres, como en la de blanqueo de los beneficios así obtenidos.
La investigación comenzó cuando agentes especializados en el delito de trata de seres humanos localizaron a una víctima de origen nigeriano ejerciendo la prostitución en las calles de Gandia. Esta mujer, tras acogerse a las medidas de protección ofrecidas por los efectivos, relató cómo había sido captada en su país de origen y traída a España, donde estaba siendo obligada a ejercer la prostitución bajo un clima de continuas amenazas, coacciones y palizas.
Los investigadores descubrieron que otras dos mujeres más se encontraban en la misma situación y que igualmente se acogieron a las medidas de protección previstas por la ley para estos casos, que relataron a los agentes situaciones iguales a la anterior.
EXTREMA POBREZA
La organización captaba a mujeres jóvenes en situaciones de extrema pobreza con falsas ofertas de trabajo en la hostelería o en peluquerías, y les ofrecían una vida mejor en Europa. Una vez aceptaban dichas ofertas, y previamente a su viaje, eran sometidas a rituales de vudú con el fin de controlarlas por parte de la organización.
Por medio de dichas ceremonias, estos individuos pretenden conseguir doblegar la voluntad de las víctimas y garantizarse su fidelidad, con lo que se comprometían a pagar la deuda que contraían con los explotadores y a no denunciarles, bajo la amenaza de pena de muerte.
Tras el ritual, la organización realizaba las gestiones necesarias para que las mujeres pudieran viajar hasta España, proporcionándoles documentación y billetes de avión. Las víctimas viajaban con documentos falsos o con documentos reales pertenecientes a otras mujeres también nigerianas y residentes legales en algún país europeo.
Una vez documentadas, las jóvenes, acompañadas en todo momento por miembros de la organización, viajaban hasta España haciendo escala en distintos aeropuertos de la Unión Europea para no levantar sospechas. Ya en el país, los miembros de la organización aleccionaban a las víctimas para que solicitaran asilo.
Una vez realizado este trámite les retiraban la documentación con la que habían viajado y les explicaban que habían adquirido una deuda en torno a los 50.000 euros por los gastos de viaje generados, que debían saldar inmediatamente ejerciendo la prostitución callejera.
'CUENTAS MULA' PARA BLANQUEAR
Las ganancias que obtenían las víctimas con el ejercicio de la prostitución iban a parar íntegramente a la organización. Las víctimas debían ingresar periódicamente el dinero que ganaban prostituyéndose en diversas cuentas corrientes facilitadas por la líder de la organización, cuentas cuyos titulares eran terceras personas también de origen nigeriano.
De este modo, la organización comenzaba a blanquear los beneficios obtenidos de la explotación de las mujeres, con lo que dificultaba la identificación de los verdaderos responsables e introducían así el dinero en el sistema financiero legal.
ABSOLUTA DEPENDENCIA
Las víctimas, desprovistas de documentación y de dinero y sin ninguna otra forma de ganarse la vida, se encontraban en una situación de absoluta dependencia de la organización, ya que desconocen por completo la cultura, el idioma y la legislación españolas.
Todo eso, unido al miedo a sufrir represalias y a ser expulsadas y enviadas de nuevo a su país, les impidió denunciar su situación a las autoridades y las arrastró a ejercer la prostitución como única manera de sobrevivir.
RESULTADOS DE LA OPERACIÓN
La operación ha sido llevada a cabo por agentes de la Brigada Central Contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, la Ucrif de Valencia y las Brigadas de Extranjería de Bilbao, Fuenlabrada y Gandia, y se ha saldado con la detención de cinco miembros de la organización, entre ellos la principal responsable.
Los agentes han registrado un domicilio en Humanes de Madrid, durante el cual se han intervenido numerosas libretas de cuentas bancarias en las que se registran muchos movimientos de efectivo, documentos de identidad, 1.500 euros en efectivo y varios terminales de telefonía móvil y soportes físicos de memoria externa --discos duros, tablets, pen drives, etc.-- cuyo contenido está siendo analizado por expertos policiales. La operación continúa abierta, por lo que no se descartan nuevas detenciones.