VALNCIA 17 Ene. (EUROPA PRESS) -
Psiquiatras y psicólogos clínicos de Ribera Salud recuerdan este lunes, considerado como el 'blue monday', que es normal y natural estar triste, pero piden prestar atención a la "tristeza vital", más profunda y larga en el tiempo, síntoma de depresión y que provoca falta de interés, apatía o insomnio.
En el reconocido como "lunes más triste del año", los especialistas en salud mental del grupo apuntan que ha aumentado entre un 30 y un 50% la demanda de atención en sus servicios: "Estamos más tristes, puede que no siempre: es posible que esta emoción primaria nos atrape solo a ratos o algunos días".
A su juicio, la pandemia ha aumentado el malestar emocional de los ciudadanos, así como los sentimientos de soledad, abandono y desesperanza, que se suman a situaciones particulares que también provocan tristeza como otras enfermedades, pérdidas y situaciones laborales o personales complicadas. Lorena Cerezo, psicóloga clínica del Departamento de Salud de Denia, explica que
"Con el paso de los meses, hay que añadir el componente de fatiga mental que supone vivir de nuevo las distintas olas del virus y el miedo al contagio, con lo que ello puede acarrear, siendo la vacunación masiva el fenómeno capaz de insuflar cierta esperanza en la población", explica Lorena Cerezo, psicóloga clínica del departamento de salud de Dénia (Alicante).
Y es que la tristeza es un estado emocional humano que "todos hemos experimentado, probablemente ante circunstancia vitales adversas, vicisitudes o problemas que aparecen en la vida", añade el jefe del servicio de Salud Mental del Hospital Universitario de Vinalopó (Alicante), Luis Fabián Mahecha.
MÁS TRISTES DESDE LA PANDEMIA
"La sociedad se encuentra más triste desde la pandemia: la mayor parte de las personas, en una medida u otra, han visto modificada su vida en algún aspecto, con cambios a nivel laboral, limitación en las relaciones personales, problemas familiares, afectación de la salud física o pérdida de proyectos", constata Marta Rojo, psicóloga clínica del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid).
El problema, para los especialistas, llega cuando la tristeza se convierte en depresión, "términos que solemos confundir" "La tristeza, en intensidad elevada, es sólo un síntoma de depresión. Sentirse triste y estar deprimido no son sinónimos --remarca Helena Díaz, jefa de la unidad de Salud Mental del Hospital de Torrejón-- La depresión provoca síntomas como falta de interés o capacidad para experimentar placer, apatía, insomnio, alteración de la alimentación, pérdida de energía y dificultad para concentrarse".
"La tristeza, como el resto de emociones, se convierte en un problema de salud mental cuando perdura durante mucho tiempo, y cuando invade todos los espacios de nuestra vida y la persona deja de ser capaz de disfrutar de aquellas cosas positivas y que nos hacen felices. La COVID ha influido en todo lo que nos hace disfrutar y en ocasiones los sentimientos positivos se han sustituido por miedo al contagio, culpa e incertidumbre", apunta Paula Marcos, psicóloga clínica del Hospital Ribera Juan Cardona (A Coruña).
En todo caso, "cualquier persona es susceptible de que las circunstancias y sus predisponentes biológicos puedan llevarla a sentir tristeza, y también a sufrir depresión", recuerda Javier Rodríguez, psicólogo general sanitario de Ribera Hospital de Molina (Murcia).
Para estos especialistas, hay personas que pueden tener una manera de ser triste, una tendencia general de sentir y comportarse, aunque "no es necesario que exista una base de personalidad, ni un temperamento definido, para que se desarrolle un estado de ánimo triste".
También recuerdan que la salud física y psicológica van de la mano y están interconectadas: "El cuerpo y las emociones son inseparables, y por eso es frecuente observar síntomas físicos en personas que padecen estados de tristeza sostenidos; por ejemplo, problemas gástricos, insomnio, cefaleas, cansancio o fatiga excesivos o pérdida de apetito".
CONSEJOS PARA AFRONTAR LA TRISTEZA
Como consejos, las expertas aconsejan afrontar momentos de tristeza, mantener una vida activa, enriquecida con actividades placenteras y personas que aportan alegría y estimulan la curiosidad, así como intentar parar, pensar en uno mismo, en aquello que ha conseguido y compartir, planificar a medio y corto plazo acciones y proyectos que ilusionen y fortalezcan. También mantener unos hábitos de vida saludable, ejercicio, dieta y adecuado ritmo de sueño, y afrontar los miedos y pensamientos desde la positividad.
Otras de sus recomendaciones son apoyarse en la familia, en amigos y allegados, buscar alternativas al problema, no caer en la trampa del pesimismo y no permitir que la situación te "consuma", además de evitar el aislamiento e intentar mantener las actividades y rutinas para intentar impedir que el dolor avance. Junto al apoyo del entorno, "entender que hay que vivir la tristeza y transitarla sin rechazarla ni evitara, darse permiso para llorar y descansar".
Todos los hospitales del grupo han reforzado los servicios de salud mental, ante el aumento de entre un 30 y un 50% de los casos que solicitan atención por parte de los especialistas. Paralelamente se ha puesto en marcha el programa de salud emocional digital 'Minds' que permite la atención personalizada y el seguimiento constante de un terapeuta a través de una aplicación que incluye la posibilidad de videoconsultas, un chat y multitud de recursos adaptados a cada caso.