VALNCIA, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
Profesionales del servicio de neurorrehabilitación de Vithas- Vithas NeuroRHB- expresan su "preocupación" por el incremento de los casos de accidentes en medio acuático y recalcan que las lesiones medulares por zambullidas de cabeza durante el verano representan el 6% del total de casos anuales, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad incide, en relación a las lesiones acuáticas, en que todos los años se registran traumatismos craneoencefálicos y lesiones medulares provocadas por zambullidas, siendo los adolescentes y jóvenes los más afectados por estas lesiones.
Los expertos de Vithas NeuroRHB han confirmado que el perfil de sus pacientes con este tipo de lesión por medio acuático coincide con los datos aportados por el ministerio y recuerdan que este tipo de accidentes son "totalmente evitables ya que, mientras los producidos en carretera, suelen tener diferentes condicionantes y no suele depender solo del conductor poder evitarlos, en el caso de accidentes en el agua, solo hace falta el sentido común para no realizar saltos de gran altura o zambullidas al agua de cabeza sin saber la profundidad existente".
El director de Vithas NeuroRHB, que cuenta con el centro de rehabilitación neurológica "más grande" de la capital del Turia en Vithas Valencia Consuelo, Joan Ferri, declara que, en el caso de sufrir traumatismo craneoencefálico, una de las primeras consecuencias es la pérdida de conciencia. La duración y el grado de ésta es uno de los indicadores más significativos de su gravedad.
Tras la recuperación progresiva del nivel de conciencia y de la orientación, la mayoría de los pacientes con traumatismo craneoencefálico presentan gran diversidad de secuelas físicas, cognitivas y de comportamiento que varían en su naturaleza y gravedad, en función de la extensión y localización del daño cerebral, así como de las características de personalidad e inteligencia previas del afectado.
ALTERACIONES COGNITIVAS
A pesar de esta diversidad podemos decir que existe un patrón de afectación específico asociado a lesiones cerebrales focales que implican los lóbulos frontales y temporales. De hecho, las alteraciones cognitivas más relevantes y que aparecen más a menudo son los problemas de regulación y control de la conducta, dificultades de abstracción y resolución de problemas, trastornos de aprendizaje y memoria, así como alteraciones en el ámbito de la personalidad y el ajuste emocional. Respecto a las alteraciones físicas encontramos alteraciones motoras de movilidad y lenguaje o sensoriales, entre otras.
En el caso de tener lesión medular como consecuencia del accidente, la doctora Carolina Colomer, directora clínica de Vithas NeuroRHB, explica que, "afortunadamente, el grado lesional que se suele encontrar en los pacientes por zambullida suele ser incompleto".
"Una lesión completa implica que toda la información está interrumpida y no hay sensibilidad ni movilidad por debajo del nivel de la lesión. En las lesiones incompletas, algunas vías nerviosas han quedado indemnes o sólo parcialmente dañadas, por lo que pueden transmitir algo de información. Cuantas más vías queden indemnes o se recuperen, más control del cuerpo por debajo de la lesión y mejor pronóstico funcional. Y debemos tener en cuenta que una lesión de este tipo, aunque se denomine incompleta, puede ser muy discapacitante", añade.
Ambas lesiones traumática y medular, explica Colomer, implican la afectación de la persona a distintos niveles clínicos y funcionales y el abordaje "debe realizarse desde un punto de vista global, coordinado y multidisciplinar".
El protocolo de Vithas NeuroRHB consiste en una valoración "minuciosa periódica y distintos programas terapéuticos en función de las necesidades individuales".
De hecho, se atiende a pacientes afectos en fase subaguda y crónica, empleando para ello técnicas y tecnología específicas en la rehabilitación de esta patología como entrenamiento de la marcha sobre cinta rodante, marcha asistida con el robot Lokomat, entrenamiento del equilibrio con sistemas de posturografía y/o entornos de realidad virtual, bipedestación estática o dinámica con técnicas y dispositivos específicos, electroestimulación muscular y técnicas de estimulación cerebral no invasiva como la TMS (estimulación magnética transcraneal) o la tDCS (estimulación transcraneal de corriente directa).