VALÈNCIA 19 Sep. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del CEU-UCH han analizado el deterioro del tabaco rubio y negro en distintas condiciones de almacenamiento y cómo la fermentación incrementa sus efectos nocivos para la salud. Según los resultados obtenidos en su estudio, el tabaco debe considerarse un producto semiperecedero, con una vida útil, dependiendo de las marcas, de 3 a 6 meses, algo mayor en el caso del tabaco rubio que en el negro.
La institución académica explica que, tal y como ocurre con productos como los caramelos, chicles, vinos, sal o vinagres, el tabaco presenta en España un trato especial en cuanto a la indicación de fechas de duración o vida útil, de acuerdo con la Ley del Código Alimentario en la que está incluido.
Expertos del CEU-UCH han realizado un estudio sobre el deterioro que, con el paso del tiempo y en distintas condiciones de almacenamiento, sufre el tabaco, para determinar si es aconsejable establecer una fecha de consumo preferente o fecha de caducidad para este producto, ya que un deterioro significativo en su calidad por el paso del tiempo y el almacenamiento inadecuado puede incrementar los efectos nocivos para la salud que ya de por sí tiene el consumo de tabaco.
La investigación, realizada por el Grupo Seplan del CEU-UCH, constituye la tesis doctoral de la investigadora Sandra García Fontestad, quien destaca: "Pensamos que establecer una fecha de consumo preferente para el tabaco podría contribuir a disminuir en parte el indiscutible efecto dañino del tabaco sobre el consumidor, derivado fundamentalmente de su fermentación. Estudiar garantías en cuanto a modo y tiempo de conservación podría al menos limitar en parte la oferta de este producto, que es de por sí nocivo".
Para determinar el grado de deterioro del tabaco, en esta investigación se han analizado muestras de cigarrillos de dos marcas de tabaco rubio y dos de tabaco negro en distintos periodos de tiempo: a los 3, 6, 9 y 12 meses, y a los 5 años, que son los tiempos que se utilizan para clasificar los productos como perecederos, semiperecederos y de larga duración. También se ha observado el grado de deterioro en distintas formas de conservación en cuanto a temperatura y humedad: en condiciones ambientales, en nevera o refrigerador 'no frost' (5 ºC-6 ºC) y en humidor (60-70% humedad).
La investigación del CEU-UCH ha permitido validar la hipótesis de partida: el tabaco es un producto perecedero que pierde sus características originales por el deterioro de la hoja de Nicotiana tabacum L., debido a cambios en la morfohistología y a la acumulación de sustancias derivadas del proceso natural de fermentación que experimentan los órganos foliares de esta planta. Además, las condiciones de almacenamiento --ambientales, de refrigeración y de humedad-- influyen en la fecha de duración del tabaco, con diferencias significativas entre el tabaco negro y el rubio.
DE TRES A SEIS MESES, REFRIGERADO
"Si bien a los tres meses la estructura de los tejidos de la hoja del tabaco sigue en buen estado --explica la investigadora del Departamento de Farmacia del CEU autora de la tesis--, en todas las marcas y medios de conservación estudiados las acumulaciones de productos derivados de la fermentación aumentan significativamente, sobre todo en las muestras conservadas en el humidor".
Estos resultados empeoran progresivamente a los seis y nueve meses. Ya a los 12 meses, las muestras presentan incontables acumulaciones de derivados de la fermentación y la estructura de los tejidos se encuentra deteriorada en todas las marcas de tabaco y condiciones de conservación estudiadas. "Los resultados a los 12 meses son similares a los observados a los cinco años, por lo que el tabaco no puede considerarse un producto de larga duración", concluye García Fontestad.
De acuerdo con estos resultados, la investigación concluye que "el tabaco debe considerarse un producto semiperecedero, con una vida útil, dependiendo de las marcas, de tres a seis meses, algo mayor en el caso del tabaco rubio que en el negro, y debe conservarse refrigerado, evitando el uso de humidifadores". "Esta vida útil del tabaco se podría establecer como fecha de caducidad del producto", añaden.
TABACO NEGRO Y EPOC
La investigación realizada en el CEU-UCH también confirma que las acumulaciones de los productos derivados de la fermentación se producen en mayor proporción en el tabaco negro. Estos resultados de la tesis de Sandra García Fontestad coinciden con anteriores estudios realizados por el equipo investigador del CEU-UCH. La tesis de la investigadora María Bejarano ya había demostrado estadísticamente que el tabaco negro, o tabaco fermentado, causa de forma directa al consumirlo algunas patologías del aparato respiratorio, como EPOC y enfermedad respiratoria aguda (BQT), por el elevado número de sustancias derivadas de la fermentación que hay en este tipo de tabaco.
Los doctores Isabel Martínez Solís, del Departamento de Farmacia de la Universidad CEU Cardenal Herrera, Pilar Soriano Guarinos, del Departamento de Botánica y Geología de la Universitat de València, y Francisco Bosch Morell, del Departamento de Ciencias Biomédicas del CEU-UCH, miembros del Grupo SEPLAN, han dirigido la investigación que ha constituido la tesis doctoral de Sandra García Fontestad, con el título 'Evaluación de la vida útil del tabaco basada en la influencia del almacenamiento sobre sus características morfo-histológicas y la posible repercusión en la salud'.
La investigación ha sido financiada a través de varios proyectos de convocatoria pública de la Conselleria de Sanitat y la Conselleria d'Educació de la Generalitat Valenciana, cuya investigadora principal ha sido la doctora Isabel Martínez Solís. La realización de los análisis botánicos se ha llevado a cabo en las instalaciones del Jardín Botánico de la Universitat de València, Laboratorio de Histología Julio Iranzo, al amparo del convenio interuniversitario existente.