Cree que el carácter crítico de los más jóvenes del sector se diluye por una "suerte de caza de brujas a la opinión que pesa y funciona"
VALENCIA, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
El actor Juan Diego Botto, que este viernes recoge en Valencia el premio Pau i Justícia en el VIII Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos Humans Fest, lamenta que en la actualidad el respeto a los derechos humanos está "más cuestionado que nunca" y, de hecho,
aventura que "si hoy en día un partido político se presentara con el programa de la Declaración Universal de los Derechos Humanos "sería radical, minoritario y perrofláutico".
Así lo ha asegurado en una entrevista concedida a Europa Press, en la que se ha mostrado sorprendido y agradecido por el galardón, que reconoce su trayectoria y compromiso personal en defensa de los derechos sociales y humanos a través de su trabajo en el cine.
"Siempre es bonito que se reconozca tu trabajo, y más cuando está enfocado a la defensa y el respeto de los derechos humanos y la justicia, no sé si tengo méritos suficientes para ganarlo, pero lo agradezco mucho", confiesa, aunque lamenta que en estos momentos el compromiso con los derechos humanos esté cuestionado en una Europa que ha sido en el pasado "baluarte" en la materia.
El intérprete sostiene que "no hay ningún país en Europa que esté cumpliendo la Declaración Universal de Derechos Humanos" y pone como ejemplo el trato a los refugiados: "Habla muy mal de la Europa que estamos construyendo y pagaremos muy caro el trato que estamos dando a la gente que viene de la guerra".
Botto recuerda que el Viejo Continente tiene tras de sí el referente de los años 30 del pasado siglo pero camina "ajeno a aprender de la historia" y advierte que "una vez se da alas al fascismo es muy difícil pararle los pies". A su juicio, el avance de políticas "más conservadoras, más reaccionarias y filofascistas para ganar votos entre los sectores sociales que se sienten perjudicados por los fenómenos migratorios" ha llevado al Brexit o a que Marine Le Pen "pueda con mucha facilidad ser la próxima presidenta de Francia".
"El resto de Europa no puede hacer como el personaje de Casablanca y decir 'estoy sorprendido y he descubierto que en este local se juega' porque todos hemos aprobado externalizar a Turquía las políticas migratorias, levantar muros, poner cuchillas en las vallas, eso viene de hace tiempo y no nos pilla por sorpresa", subraya.
El actor --que en 15 días vuelve a EEUU para grabar la segunda temporada de la serie 'Good Behavior' que protagoniza para la cadena TNT-- también ha tenido palabras para el presidente estadounidense, Donald Trump, cuyas políticas migratorias considera "de un racismo implícito y explícito que no se corresponde con la genealogía del país".
"Lo veo desolador", admite, aunque también critica el "enorme porcentaje de hipocresía" que hay entre muchas de las personas que critican a Trump porque "aquí hemos puesto cuchillas en una valla" y "encerramos en campos que no están preparados a miles de refugiados que están muriéndose de frío".
En todo caso, prevé "años de respuesta social como no se conocían desde los años 60" en EEUU, con la alianza de sectores "muy diversos" que se han unido contra Trump, y destaca: "Si en 2003 nos dicen que iba a haber un presidente a la derecha de Bush no lo hubiéramos creído".
CINE Y CRÍTICA SOCIAL
Preguntado sobre la relación entre el mundo de la cultura, y en particular el cine, y el compromiso y la crítica social, el actor reconoce que es una relación que se ha dado a lo largo de la historia, aunque ha hecho hincapié en que en el caso de EEUU la percepción que se tiene del mundo del cine es de "grandes multimillonarios, elitistas, ajenos a los problemas de la clase trabajadora que se permiten el lujo de opinar sobre como podría ser el mundo porque ellos tienen garantizada su subsistencia".
Por esta visión se explica por qué este sector "tiene tan poco peso a la hora de inclinar la balanza hacia uno de los bandos" políticos. Además, critica que hay una tendencia entre "un cierto elitismo progresista en decir que la gente es tonta y no entiende" cuando no es verdad, sino que tan sólo "busca a alguien que le dé soluciones a sus problemas". "Y pensar que la gente es tonta no es la solución a ningún análisis".
MIEDO A POSICIONARSE DESDE EL "NO A LA GUERRA"
Al ser preguntado sobre si considera que esa voluntad de crítica se mantiene entre los jóvenes actores y cineastas españoles, Botto asegura sin dudar: "Yo creo que no, y que no de forma mayoritaria".
Según ha recordado, en 2003 se produjo el fenómeno del 'No a la guerra' y hubo después por parte de algunos medios "una reacción virulenta, de ataque frontal y feroz que no cesa ,que se ha mantenido en el tiempo y ha ido calando en la sociedad".
"Y el aviso a navegantes está ahí, el miedo en el sector está ahí; sabes que en cuanto te posiciones vas a recibir las críticas y va a haber una troupe de gente que te va a llamar titiritero subvencionado", relata. A su juicio, "nadie quiere ser criticado" y todo el mundo es consciente de que cada vez que exprese una opinión puede tener "decenas, centenares o miles de personas que te van a criticar" porque "esa suerte de caza de brujas a la opinión es algo que pesa y que funciona".
Además, lamenta que existe en la sociedad una percepción de que los actores tienen en la Administración "una ventanilla a la que ir los días 4 de cada mes a cobrar una subvención que nos mantiene sin trabajar". "Y se piensa que vivimos todos de cóctel en cóctel, pasando por alfombras rojas todos los días y nadando en la abundancia", algo que "no se corresponde con la realidad".
RESALTA EL "CORAJE" DE LAS VÍCTIMAS DEL METRO
Juan Diego Botto comparte en el VIII Humans Fest protagonismo con la Asociación de Víctimas del Metro del 3 de Julio (AVM3J), dado que se proyectará la cinta 'La estrategia del silencio', una crónica de los diez años de lucha de la entidad por lograr la reapertura de la investigación del siniestro que causó 43 muertos y 47 heridos, así como la asunción de responsabilidades.
Sobre la labor realizada por la asociación, el actor pone en valor "la tenacidad, el coraje de gente que no ha dejado de luchar para que se hiciera justicia, se conociera la verdad y hubiera una investigación seria y rigurosa".
"Lo que se está pidiendo es algo tan básico, tan primario, que es lo que ha hecho que todo el mundo esté de parte de las víctimas del metro de Valencia", asevera, porque además, existe "la percepción de que han sido abusados, se les ha tomado el pelo y de una forma impune y grosera". "Me conmueve su integridad y me indigna la desfachatez con la que han sido tratados", insiste.