ALICANTE 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
El litoral entre Alicante y Murcia se ha convertido en área de conservación de tiburones y rayas (Important Shark and Ray Area - ISRA) por su importancia en el ecosistema y científica, tras ser aceptadas dos propuestas conjuntas de la Universidad de Alicante (UA), la Universidad de Murcia (UMU), el Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) y el Cartagena Oceanographich Research Institute (CORI).
Estas peticiones han sido aceptadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el primer mapeo sistemático en la historia de zonas importantes para tiburones y rayas en el Mediterráneo, según ha indicado la UA en un comunicado.
La institución académica ha resaltado que los investigadores han conseguido evidenciar la relevancia de estas áreas para la supervivencia de este grupo de especies en el Mediterráneo tras meses de trabajo de investigación, recopilación de información y escrutinio por parte de un panel de expertos externos. De las más de 110 propuestas de ISRA iniciales, se han aceptado 65 en todo el Mediterráneo.
Las ISRA aprobadas incluyen la franja litoral costera murciana desde San Pedro del Pinatar hasta Calblanque y un sector profundo entre el sur de Alicante y el Seco de Palos.
La propuesta de la zona más somera, situada entre San Pedro del Pinatar y Calblanque, ha sido liderada por María Pozo-Montoro, investigadora del Grupo de Ecología y Conservación Marina de la UMU y responsable de la coordinación de ambas propuestas.
La franja litoral costera que va desde tierra hasta los 80 metros de profundidad, y que incluye la reserva marina de interés pesquero de Cabo de Palos-Islas Hormigas, se ha podido evidenciar gracias a la colaboración ciudadana por parte de buceadores, pescadores y bañistas de la zona.
En este sentido, sus fotos han sido "fundamentales para demostrar la importancia del área" como zona de reproducción y agregación de rayas desaparecidas en otros enclaves del Mediterráneo y en peligro crítico de extinción, como son el pez guitarra, la mantelina, el águila común y la pastinaca.
La segunda propuesta ha estado liderada por la profesora Francisca Giménez Casalduero, catedrática de Zoología y directora del CIMAR (Centro de Investigación Marina de Santa Pola) de la Universidad de Alicante.
Esta zona va desde los 300 metros hasta los 800 metros de profundidad e incluye montes y formaciones submarinas singulares como son el Seco de Palos o El Planazo y un campo de pockmarks --depresiones en el lecho marino producto de emanaciones de gases y escape de fluidos generados por la actividad volcánica de la zona--.
Este espacio es "especialmente relevante" como zona de cría de tiburones de profundidad, como el tiburón linterna velludo, y es una zona de agregación de la raya estrellada, especie endémica del Mediterráneo.
El objetivo principal de los ISRA es poner en el mapa internacional aquellas zonas clave para la supervivencia de estas especies que "sufren el riesgo de desaparecer en el Mediterráneo en ausencia de actuaciones inmediatas".
RIESGO DE EXTINCIÓN POR SOBREPESCA
Sin embargo, estos no son una figura de gestión, por lo que no llevan aparejada normativa alguna de protección de las especies implicadas. Las investigadoras han destacado que este es "el primer paso para asegurar que esta zona continúa siendo un oasis para tiburones y rayas en el Mediterráneo".
"Esta información es más pertinente que nunca a medida que nos acercamos al 2030, fecha en la que los países del mundo, incluido España, se han comprometido a proteger al menos el 30 por ciento de sus mares", han explicado.
De acuerdo con las cifras aportadas por la UA, más del 50% de las especies de tiburones y rayas del Mediterráneo se encuentran en "alto riesgo de extinción por la sobrepesca". Las consecuencias de la desaparición de tiburones y rayas de los océanos ofrecen un "escenario impredecible con posibles impactos en las actividades humanas, debido a la importante función que cumplen en el ecosistema".
En este sentido, ha señalado que tiburones y rayas influyen "de forma determinante" como depredadores en la cúspide de las redes tróficas, así como el mantenimiento de la diversidad estructural de los ecosistemas marinos. Las zonas estudiadas han demostrado ser un "punto caliente de diversidad" de estos animales, así como refugio para algunos de los últimos individuos de estas especies en el Mediterráneo.