La entidad alerta de la transmisión intergeneracional y cronicidad y situaciones de vulnerabilidad graves, peores que antes de la crisis
VALÈNCIA, 14 Jun. (VALÈNCIA) -
Parejas jóvenes con hijos, mujeres con hijos y personas solas constituyen el perfil mayoritario al que asiste Cáritas Diocesana de Valencia. Entre los destinatarios de las ayudas, un 56 por ciento son ciudadanos de origen español y un 70 por ciento mujeres. La entidad ha alertado de la transmisión intergeneracional y cronicidad de la pobreza como las causas que hacen que se mantenga "un nivel de precariedad y de exclusión social elevado" y situaciones de vulnerabilidad graves, incluso "peores" que en 2008, antes de la crisis.
Así lo han señalado este miércoles en rueda de prensa el obispo auxiliar de València, monseñor Arturo Ros; el director de Cáritas Diocesana de Valencia, Ignacio Grande, y la secretaria general de la institución, Fani Raga, en la presentación de la Memoria Institucional de 2016. Los datos se han recogido a partir de los informes elaborados por 384 Cáritas parroquiales.
En 2016 se beneficiaron de las ayudas de la organización 60.068 personas, un 16 por ciento menos que el año anterior. De los atendidos, un 35% eran menores. Los datos sin embargo, no son indicativos de una reducción de la pobreza ni acompañan a los indicadores macroeconómicos que en la Comunitat apuntan a una leve recuperación.
Así, han explicado que la disminuición de los beneficiarios se debe a factores como la invisibilización de algunos colectivos, entre los que se encuentran las personas en situación de prostitución y trata, sin hogar y migrantes en situación irregular que no aparecen en censos ni estadísticas. También la disminuición de la población en la Comunitat, que es una de las que más ha perdido población extranjera desde 2011.
La cronicidad de la pobreza ha sido otro factor determinante, puesto que en el 2016 el número de beneficiarios nuevos es del 22 por ciento, frente al 78 que constituyen los beneficiarios que ya son conocidos por la entidad. El paro prolongado es uno de los ejes sobre los que se origina esta cronicidad. Asimismo, la transimisión intergeneracional de la pobreza indica que, en la mayoría de los casos, un niño que ha nacido en una familia con dificultades económicas tendrá menos posibilidades de resarcirse de esta situación a lo largo plazo.
En conjunto, la Comunitat Valenciana se encuentra por encima de la media estatal en todos los indicadores de pobreza y exclusión, según la Tasa Arope (2016) y el informe FOESSA (2013) que situán el riesgo de pobreza en la Comunitat en un 24,4 por ciento y en un 30,5 por cien respectivamente.
'EL TRABAJADOR POBRE'
Asimismo, la entidad ha destacado la figura del "trabajador pobre" en relación a las personas que trabajan pero que debido a las condiciones laborales con bajos salarios, no han podido emerger de esa situación de exclusión. Uno de los frentes abiertos de Cáritas pasa precisamente por el derecho a un empleo digno y un salario justo. En 2016, la entidad facilitó una inserción laboral a 1.850 personas.
De igual modo, durante el pasado año Cáritas dispuso 53 economatos en los que 9.734 familias beneficiarias pudieron cubrir sus necesidades básicas en materia de alimentación e higiene. En el apartado de vivienda, 241 personas se alojaron en las casas 51 habilitadas por la entidad para personas migrantes y refugiadas, familias en situación de vulnerabilidad y personas sin hogar.
Por otra parte, las Cáritas parroquiales invirtieron un total de 87.908 euros en ayudas de farmacia y 557 adultos y 797 menores participaron en los 38 proyectos promocionales para la familia y la infancia en todo el territorio diocesano.
En total, las ayudas directas a familias realizadas por Cáritas Diocesana asciende a 1.000.000 de euros mientras que las Cáritas parroquiales han aportado casi 3.000.000. La financiación de la organización benéfica es en el 68 por ciento de los casos por herencia, donaciones y socios mientras que el porcentaje restante se divide entre la financiación pública y privada.
El perfil del voluntariado es predominantemente femenino, pues el 70 por ciento son mujeres. Cáritas ha destacado que en 2016 contaron con un total de 6.146 voluntarios, que constituyen el 98 por ciento de sus colaboradores.