VALÈNCIA 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Gremio de Maestros Confiteros de València prepara la 'mocaorà' por la festividad del 9 d'Octubre, día de Sant Donís, y aconseja que estos dulces tan típicos se adquieran en establecimientos que cuenten con el sello de calidad artesana avalado por el Centro de Artesanía de la Comunitat Valenciana.
El gerente del Gremio, Pedro García Coy, ha destacado que el cliente que compra su 'mocaorà' en un establecimiento con este sello "se asegura que está realizada con materias de primerísima calidad y con procesos 100% artesanos". El sello se encuentra en todos los establecimientos agremiados que han tenido que pasar un "exhaustivo" control de calidad de sus procesos.
Las pastelerías agremiadas con sello de calidad se dan cita también en el Concurso de Sant Donís del Gremio de Maestros Confiteros, el certamen "más antiguo de estas características" que se celebra en la Comunitat Valenciana, según ha informado la entidad en un comunicado.
El origen del concurso, ha explicado García Coy, está precisamente en "la búsqueda de la excelencia que siempre ha caracterizado al Gremio de Maestros Confiteros". "Queríamos subir el nivel de calidad tanto de la materia prima como de las elaboraciones que se realizaban y lo conseguimos. Pueden haber muchos concursos pero las mejores pastelerías con sello de calidad artesana sólo participan en el concurso de Gremio", ha resaltado.
El certamen cuenta con cuatro categorías: Mejor Degustación, Mejor Innovación, Mejor Escaparate y Mejor Mocaorà. "Todos los años, las pastelerías agremiadas nos sorprenden con sus elaboraciones. Hemos tenido escaparates temáticos del arroz, de l'Albufera, de Sorolla, de l'Horta, también mazapanes realizados con chufa, algarroba, cassalla... Cuando piensas que no se puede hacer nada más, llega un agremiado y te sorprende", ha resaltado.
HISTORIA
El concurso es "una línea más en la historia" de la 'mocaorà', que está "íntimamente unida a la historia de los confiteros valencianos". Según la leyenda, cuando Jaume I conquista València en 1238, la población local agasajó al monarca, a su mujer Na Violant d'Hongria y a sus soldados con frutas y verduras de la Huerta de València.
Durante las conmemoraciones de la conquista en años y siglos posteriores la tradición de regalar frutas y verduras se mantuvo, una fiesta a la que se añadió además el lanzamiento de "todo tipo de instrumentos pirotécnicos desde las terrazas y ventanas de los valencianos, entre ellos la piula y el tronaor".
Las celebraciones se mantuvieron hasta que Felipe V las prohibió con los Decretos de Nueva Plata a principios del siglo XVIII. Es en ese momento cuando los confiteros valencianos entran en la historia con la creación de la 'mocaorà' tal y como la conocemos ahora.
Entonces, los antepasados de los pasteleros actuales no iban a dejar que el pueblo se quedará sin su celebración del 9 d'Octubre y sortearon la prohibición real, elaborando con mazapán las frutas, las verduras, la piula y el tronaor.
Desde el siglo XVIII, los ingredientes para elaborar una buena 'mocaorà' no han cambiado: harina de almendra, azúcar y clara de huevo. Una vez realizada la masa, las piezas toman forma una por una en un proceso totalmente artesano y manual que acaba con la decoración final de cada figura.
Naranjas, fresas, peras, zanahorias o patatas conforman "un escaparate infinito" de frutas y verduras que también aprenden a hacer de forma artesana los alumnos de la Escuela Superior de Pastelería de València, encargados de realizar las frutas y verduras de mazapán que conformarán las 'mocaoràs' que los responsables del Gremio entregan todos los años al 'president' de la Generalitat, la alcaldesa de València y el presidente de la Diputación de Valencia. También se reparten entre el público los días 4 y 5 de octubre en una degustación gratuita que organiza la Generalitat.
El Gremio de Maestros Confiteros de València es el más antiguo de Europa. Aunque la fecha de fundación oficial es 1644, varios siglos antes, concretamente en 1283, ya había constancia de la presencia en València de un Gremio de Cereros y Confiteros. En 1350 se produce una escisión de este gremio, naciendo el Gremit de Sucrers hasta llegar a 1644, cuando se produce el reconocimiento oficial como Colegio Mayor del Gremi de Mestres Sucrers.