VALNCIA 13 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (ASCER) insiste en que las ayudas "urgentes" que necesita el sector para sobrellevar la crisis energética "dependen del Gobierno de España y no de Bruselas", así como que es imperante que se implementen "antes de que más empresas caigan".
En un comunicado, la patronal recuerda que la Comisión Europea definió en marzo el marco temporal de ayudas que establece los niveles de ayuda que cada país de la unión puede destinar a sus empresas, en función de la situación de cada sector. Se incluyen ayudas de hasta dos millones de euros por empresa para las intensivas en energía, de hasta 25 millones si están en pérdidas y de hasta 50 millones para sectores especialmente afectados por la situación, como el de baldosas cerámicas.
Mientras tanto, ASCER señala que los principales competidores europeos del azulejo español, los fabricantes italianos, ya están recibiendo ayudas "contundentes y decididas de su gobierno", bonificando hasta el 40% de la diferencia del precio del gas de sus facturas respecto a 2019, lo que a su juicio les está dotando de una notable ventaja competitiva respecto al azulejo español.
"En una reciente reunión de la industria azulejera europea se puso de manifiesto que la mayoría de los fabricantes de azulejos están recibiendo ayudas muy superiores a las que se recibieron en España. Así, además de la industria italiana, las de Portugal, Polonia o República Checa están siendo apoyados por sus gobiernos con mucha más determinación de lo que está haciendo el gobierno español", lamenta.
Para la organización castellonense, la falta de ayudas contundentes a la industria española conduce a una pérdida de competitividad notable frente a los vecinos europeos y genera una situación de distorsión del mercado comunitario: "Mientras países como Alemania destinan hasta 200.000 millones de euros para apoyar a su economía e Italia o Austria más de 50.000 millones, España limita su ayuda a la industria en varios paquetes que suman alrededor de 1.000 millones de euros".
Todo ello cuando, recuerda, el sector azulejero español es potente y rentable: el tercer exportador mundial, el primer fabricante europeo y, gracias a su propensión exportadora, el responsable de haber reducido en 2021 hasta un 13% el déficit comercial de España. Sin embargo, advierte, es muy dependiente de la energía y consume el 8% del gas industrial de España, por lo que mientras dure esta situación va a estar "claramente" afectado.
Por estas razones, ASCER ve necesario que se apliquen medidas de apoyo para garantizar la supervivencia de un sector "líder en Europa y en el mundo", que da empleo a 24.000 personas de forma directa y a más de 73.000 de forma indirecta e inducida según un reciente estudio de la consultora PwC. Supone el 2,7% del empleo industrial de toda España, lo que implica que por cada empleo directo se producen 3,3 en la economía española.
Debido a la complicada coyuntura causada por el incremento de la energía, la pasada semana se anunciaron los primeros tres ERE en el sector con más de 400 puestos de trabajo afectados. "Ya se han destruido más de 400 empleos, tenemos más de 7.000 trabajadores en ERTE que pueden seguir el mismo camino y no vemos ninguna medida por parte del gobierno. Mientras nuestros vecinos europeos sí protegen a sus empresas, nuestro gobierno sigue parado. Necesitamos medidas urgentes ya", reclama su secretario general, Alberto Echavarría.
VALORA LA "OFENSIVA" QUE PIDE PUIG
Por otro lado, la patronal valora positivamente la acción política del 'president' de la Generalitat, Ximo Puig, en Bruselas, donde esta semana trasladó a responsables de la Comisión Europea la necesidad de adoptar una "acción ofensiva urgente" para garantizar la viabilidad de la industria azulejera ante la situación crítica generada por el aumento de los costes del gas, con medidas inmediatas que permitan actuar para evitar el cierre de empresas.
"La Comisión Europea debe actuar con rapidez para eliminar las ineficiencias que se están produciendo en el mercado energético, especialmente en el precio del gas que están obligando a muchas industrias dependientes de esta energía a reducir o detener su producción con la consiguiente destrucción de puestos de trabajo", coincide ASCER.