Barrachina dice que el corazón le pide seguir pero en algún momento hay que parar: "Hemos hecho mucho, pero sé que no es suficiente"
VALÈNCIA, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
El catering Feria Palace ha servido más de 50.000 comidas en diferentes localidades afectadas por la dana en una iniciativa, impulsada por su directora, Cuca Barrachina, que surgió al entrar en 'shock' tras ir a visitar a su suegra, octogenaria, que vive en Catarroja, y comprobar el alcance de la catástrofe.
Este miércoles será el último reparto, algo que deja a la propietaria con "el corazón partido", ya que, aunque es consciente de que hay que parar, queda la sensación de que no es suficiente.
Barrachina explica que tras la riada del 29 de octubre su suegra se quedó incomunicada y cuando, a través de otros familiares, pudieron conocer que estaba bien, en cuanto pudieron fueron a verla y llevarle agua. Durante el camino, acompañada de su familia, y andando, ya que no se podía acceder de otra manera, entró "en estado de shock" porque parecía que hubiera habido "una guerra nuclear, una invasión zombie o un tsunami". Se quedó tan impactada que, al trasladarlo a sus trabajadores, le comentaron que si podían hacer algo se lo dijera.
Ese mismo día el ayuntamiento de Catarroja le comentó que se necesitaban cena para 300 personas y así, junto con sus ocho empleados y ayuda de familiares, se pusieron manos a la obra y elaboraron bocadillos para todos y también comenzaron a servir comida a los forenses que se instalaron en el recinto ferial.
Poco a poco le empezaron a llegar peticiones de varias localidades como Paiporta, localidad del maître, pero el volumen de necesidad empezó a incrementar y ya no podía hacer frente con lo que tenía y aportaba. Ya el primer día no hubo pan suficiente, fueron a buscar y no quedaba en prácticamente en ningún sitio, así que lo hicieron con diferentes formatos de este producto. Tras comentarlo, a través de una amiga de su hija, le llegaron 400 barras de pan de hornos Estellés.
A la iniciativa se han ido sumando voluntarios y la respuesta a las peticiones y las necesidades difundidas en redes sociales ha sido "sorprendente".
Particulares empezaron a llegar con maleteros llenos de productos como con aceite, verduras y otros, lo que podían, y el boca a boca también hizo que se sumaran a empresas como Cárnicas Serrano, Mercavalencia, la cooperativa de Benaguasil y empresarios como Federico y Maria José Felix, recuerda.
TRES METROS DE ALTURA DE LECHUGAS
La cantidad de comida y la acumulación en algunos casos de productos perecederos que se pudieran estropear --un día llegaron 7 palés de tres metros de altura de lechugas iceberg-- llevó también a ofrecer a otras iniciativas similares productos y, así, por medio de una grupo de whatsapp, ha creado una colaboración entre el sector donde han ido intercambiando diversos productos, y ya no solo comida.
Barrachina ha llegado a congregar hasta 70 voluntarios y en 21 días han elaborado 23.140 bocadillos y 30.300 comidas, en su mayoría platos caseros y calientes, que es lo que más necesitaban las personas que estaban realizando labores de limpieza y ayuda, recalca Barrachina, que subraya que todo el reparto se ha hecho también con personas que han acudido con sus propias furgonetas a recoger y llevar a los destinos.
Han trabajado por encargo respondiendo a peticiones concretas de ayuntamientos como el de Catarroja, Sedaví o Paiporta, comisiones falleras, comunidades de propietarios o colegios, elaborando los menús en función de los productos que tenían. Arroz al horno, merluza, garbanzos e, incluso, all i pebre han sido algunos de los platos que han repartido.
"CORAZÓN PARTIDO"
Este miércoles será el último día y Barrachina se siente con "el corazón partido", pero reconoce que hay que parar puesto que es mucho esfuerzo sostenido en el tiempo, económico, pero también, físico y mental, ya que no han interrumpido ni un día el servicio.
Todo ello con un "gran esfuerzo" tanto de su equipo como de todos los voluntarios coordinados por Barrachina, que desde el primer momento, pidió que se auditará todo lo que se donaba para tener un control. Asegura que los gastos han estado muy por encima de lo recibido, pero se siente satisfecha por lo que ha hecho y le hubiera gustado seguir.
Ya ha comentado a los destinatarios de sus menús que este miércoles es el último día y ellos le han mostrado su comprensión y agradecido la ayuda.
La directora de Feria Palace no se aparta del todo de esta labor solidaria y, antes de retomar su trabajo atendiendo a los certámenes que dentro de poco comenzarán en Feria Valencia, está intentando que otras iniciativas parecidas a la suya, como chef solidarios, puedan hacerse cargo de repartos de comida en los puntos que ha gestionado hasta ahora.
Además, con esa red de contactos que ha generado seguirá ayudando derivando las ayudas que le llegan a colectivos o lugares que lo necesiten.