ALICANTE, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un total de 35 tortugas bobas han sido soltadas esta pasada madrugada en la playa del Carabassí de Elx (Alicante), después de que en el mes de junio se encontrara un centenar de huevos en Arenales del Sol, en la que fue la primera puesta de tortuga boba en España de la temporada.
Así lo ha explicado el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Elx, José Antonio Román, que ha asegurado que, de los 47 huevos que han eclosionado sobre las 4.30 horas, 12 se han trasladado al Oceanogràfic de Valencia, "donde se hace un seguimiento de crías de esta especie de tortuga tan común en nuestras playas".
Román ha resaltado que todavía quedan cerca de 60 huevos por eclosionar en las playas de Elx y que lo harán en las próximas semanas. "Una vez más vemos que la convivencia entre ser humano y medio ambiente es posible y lo es en playas como las nuestras con una protección especial y que se han cuidado hasta ahora para conseguir ambas cosas, un turismo en el que la gente pueda disfrutar y los animales puedan convivir", ha asegurado el edil, según ha indicado el consistorio en un comunicado.
El pasado 18 de junio se localizó en la arena un nido con algo más de un centenar de huevos que fueron extraídos de la playa y de los que una veintena se trasladaron a una incubadora de en l'Oceanogràfic. El resto se llevaron a un lugar más seguro en una zona de la playa del Carabassí, alejada de bañistas, donde se creó un nido artificial recubierto con mallas para su mejor protección durante la fase de eclosión de los huevos.
Desde 2017, en la Comunitat Valenciana existe el primer protocolo frente a atención de eventos de anidación a nivel nacional, en el que se indica que, con uno o dos nidos por temporada, los nidos se llevarán a una playa protegida del Parque Natural de la Albufera.
No obstante, ante el incremento de nidos, instituciones como la Universitat Politécnica de València, la ONG Xaloc, además de la Conselleria o la Fundación Oceanogràfic, modificaron el protocolo para dejar los nidos lo más cerca posible de la puesta de la tortuga y un pequeño porcentaje se traslada a las instalaciones del Oceanogràfic para tener un control externo del funcionamiento de la puesta en playa.
Según este protocolo, la mayoría de los ejemplares nacidos se liberan en la playa donde se ha ubicado el nido, y algunos se quedan en un programa de cría en cautividad con fines científicos.