VALENCIA, 31 Ago. (EUROPA PRESS) La Tomatina de Buñol (Valencia) ha cumplido con su rito anual en el que 22.000 personas han bañado la localidad de tomate, en una edición donde la batalla se ha dirigido también contra la violencia machista y homófoba, una acción que se ha escenificado con carteles de condena que han colgado en fachadas de edificio. Al sonido de la primera carcasa, poco antes de las 11.00 horas, seis grandes camiones cargados con 24 toneladas de tomate cada uno y otro más pequeño con 15, han empezado a llenar las calles de rojo entre los vítores y cánticos de los participantes, unos 22.000, de los que el 98 por ciento ya ocupaban el escenario de la 'guerra' a las 9.00 de la mañana. El 60% de los lanzadores de tomate son extranjeros aunque en esta edición se ha notado mayor presencia de los propios vecinos de Buñol. Protegidos con gafas de buceo, algunos con disfraces de monja, de tomate, de recién casados o con kimonos, han esperado la llegada de los proyectiles al grito de '¡Buñol!' y '¡Tomate, tomate!'. En esta edición, el recorrido de los vehículos ha sido diferente para evitar quejas de los vecinos y que los tomates lleguen a las fachadas de todo el pueblo. Por ello, los camiones han salido desde el campo de fútbol en lugar de circular por todo el municipio. Como novedad este año, la Tomatina ha contado un protocolo de actuación contra la violencia machista y homófoba y una campaña de sensibilización sobre esta situación para dejar constancia, desde un "escaparate internacional" de este tipo, con 140 medios de comunicación acreditados, que se trata de un problema "de todos". Al término de la batalla, participantes han explicado su experiencia a Europa Press. Como resumen, uno de ellos ha exclamado: "Es como la guerra pero lo que te pasan silbando son tomates. Es mu adrenalítico, muy divertido, a todo el mundo lo recomiendo", relata un participante que repite batalla 20 años después de la primera vez. María, en su segunda participación, describe que se lo pasa "genial" lanzando tomates, si bien ha admitido que al principio no quería meterse. Una vez pasado, lo recomienda a "todos los públicos". "¿En qué consiste la diversión? En disfrutar con el agua y los tomates"", añaden otros amigos. "Mucha alegría diversión, un rato que pasas feliz", agregan. Y otra advierte que el tomate se tiene que "chafar" antes ya que "nadie" lo hace. El delegado del Gobierno ha recordado la "importancia y repercusión internacional" de la Tomatina, con asistentes "de todos los rincones del mundo", entre ellos, japoneses, americanos, australianos, británicos o franceses. Algo que corroboran los datos que maneja el alcalde de Buñol, Rafael Pérez, quien ha explicado que "han sido 140 los medios acreditados, de todas las nacionalidades, americanos, ingleses, japoneses, de Corea también había alguno, más del 60% de los visitantes son extranjeros y por tanto los medios también son de otros países". Sin embargo, los vecinos de la localidad se suman cada vez más a la fiesta, según ha destacado el alcalde, que se ha mostrado "contento" de ver "muchísima gente de Buñol durante todo el recorrido". Así, se calculaba que este año participarían alrededor de 5.000, frente a los 2.000 de la edición anterior. Todo ello ha transcurrido bajo la vigilancia de un total de 600 agentes, un 10% más respecto al año anterior, según ha explicado el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues. En este despliegue han intervenido la Guardia Civil, Policía Local, autonómica, Protección Civil y servicios sanitarios, entre otros. El objetivo de agentes de paisano no es "crear alarma, sino para que la gente sea consciente, tener un efecto preventivo y disuasorio, que hay guardias civiles de paisano que van a velar por la seguridad ciudadana, pero principalmente, este año después de los incidentes de los San Fermines, de que no haya agresiones sexistas". De las fachadas de los edificios de Buñol colgaban pancartas en condena de la homofobia y, especialmente, de la violencia machista, ya que en esta edición de la Tomatina se ha "prestado especial atención a la incidencia y posibilidad de agresiones sexistas". "En este sentido, estamos haciendo una labor preventiva de concienciación con un efecto disuasorio, con mucha presencia policial, y lo que queremos es que no haya comportamientos sexistas ni agresiones de este tipo. Estamos hablando de 22.000 personas en unas pocas calles, una gran acumulación de gente que puede dar pie a que se produzcan este tipo de comportamientos", ha señalado Moragues. Minutos después de finalizar la fiesta, Pérez no tenía constancia de ningún tipo de incidencia, "ni siquiera las más anecdóticas", por lo que se ha manifestado "muy satisfecho". Según han explicado a Europa Press fuentes sanitarias, solo se han atendido tres casos: dos contusiones y otro de alergia, no relacionado con la participación en el evento. Asimismo, durante la noche anterior se atendieron intoxicaciones etílicas y contusiones, pero pocos y de escasa importancia". Los especialistas del área de Buñol sí esperan que a lo largo de la tarde lleguen personas con irritaciones oculares y conjuntivitis, aunque a mediodía no se ha registrado tampoco ningún caso.