Desvela que está escribiendo un libro que está a punto de terminar para el que usa sus agendas de contexto
VALÈNCIA, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
El expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro del PP Eduardo Zaplana ha admitido este martes ante el tribunal que le juzga por el caso Erial que para su "desgracia" desde hace "muchísimo tiempo" se dirigen a él con el apodo 'jefe' --con el que le retratan en las conversaciones grabadas por la UCO sus supuestos testaferros-- incluso en la actualidad. "Y mira que mi situación es complicada", ha señalado.
Zaplana se ha pronunciado así en su declaración ante la Audiencia de Valencia, donde desde hace dos semanas se le juzga por Erial, procedimiento en el que se ha investigado el supuesto cobro de más de 10 millones de euros en comisiones derivadas de concesiones de ITV y parques eólicos de la Comunitat Valenciana a preguntas del ministerio público.
Al respecto, ha señalado al fiscal: "Le puedo hacer un comentario con permiso de usted. Se lo digo sin rencor, y lo tengo olvidado, que el apelativo 'jefe', que le valió para meterme en prisión, es un apodo con el que a mí se dirigen desde que estaba en el Ayuntamiento de Bendidorm (Alicante) para mi desgracia".
Zaplana ha contestado a todas las preguntas del ministerio fiscal, a quien se ha dirigido "desde el respeto" durante sus más de tres horas y media de interrogatorio, aunque con asiduos cortes para realizarle aclaraciones. Ante la "extensa" y "clarificadora" intervención al ministerio público, su abogado ha declinado hacerle preguntas.
"Puede ser que el equivocado sea yo, pero creo que es usted", le ha señalado sobre el documento encontrado en su maletín o "si usted lo dice debe ser así, yo tampoco me acuerdo", sobre el lugar de procedencia en el que le intervinieron otros documentos. "No le quiero interrumpir señor fiscal, pero no unamos frases para darle un sentido que no la tiene", ha justificado para cuestionar las grabaciones de la UCO.
"Si se ha leído, y seguro que se lo ha leído, con el conocimiento que tiene del sumario"; "Y no ha sido motivo de su curiosidad y yo se lo aclaro"; "Yo si quiere matizamos todo porque la pregunta no puede ser más capciosa, con todos los respetos, pregúnteme lo que quiera pero no dé por hecho", son algunas de las interrupciones para aclarar "su verdad y versión" al relato del ministerio fiscal, que le reclama una pena de 19 años de prisión por los delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, cohecho, falsedad en documento oficial y mercantil y prevaricación administrativa.
Además, el expresidente ha desvelado que está escribiendo un libro, que está casi concluido, y que las anotaciones en la agenda que le intervino la Guardia Civil le servían de "recordatorio" para "el contexto de lo que había pasado y las fechas". "Anoto cosas que me resultan de interés", ha explicado.
Por otro lado, Zaplana ha recordado que le detuvieron en el año 2018 y que en medio del proceso pasó por una leucemia que le diagnosticaron en 2015. "Me han mirado 20 años y no tengo un papel firmado. Tengo en mis cuentas corrientes cantidades importantes que están intervenidas y si se mira mis agendas no tengo ningún tipo de gasto extraordinario. Voy al gimnasio, a trabajar, hago una vida bastante ordenada y en la cárcel presenté una auditoría donde no hay ningún gasto que no sea por transferencia bancaria, tengo todos los gastos cubiertos con mi sueldo", ha asegurado.
El también exministro de Trabajo y portavoz de Gobierno en la época de José María Aznar ha comentado que en estos momentos ya no tiene asesor ni secretaria particular. "Desgraciadamente para mí ya no los necesito", ha constatado para explicar al inicio de su intervención relación con el resto de los 14 acusados que se sientan en el banquillo.
Zaplana ha constatado su relación de amistad con algunos de los acusado, incluso desde niños como con Joaquín Barceló, al que el fiscal atribuye el papel de su testaferro, pero ha negado relaciones comerciales --"jamás, nunca", ha señalado en numerosas ocasiones-- con él ni tampoco con Fernando Belhot, cuyo testimonio ha sido clave para procesar a Zaplana y a quien admite que ano le guarda "ninguna simpatía". "Jamás, nunca", ha repetido en numerosas ocasiones. "Yo he dicho siempre que no he tenido dinero fuera de España y lo mantengo", ha recalcado.
Al respecto, ha admitido que a su secretaria, Mitsouko Henríquez, la "usó" Barceló "igual que infinidad de gente que le pedía cosas, desde gestiones importantes hasta entradas del fútbol o el teatro" y que él estaba informado de ello.
Sobre su relación con el fallecido Juan Cotino --al único al que ha referido con 'Don'-- ha comentado que tenía más relaciones políticas --sobre todo desde 1991--que personales. No obstante, ha señalado, mostrando los papeles de su agenda, que el año en que más se vieron fue en 1999, año electoral y fue solo en diez ocasiones. "Lo raro es que lo haya visto tan pocas veces y nunca he tomado una nota sobre Sedesa".