MADRID, 18 May. (EDIZIONES)
Mad Max: Furia en la carretera (Mad Max: Fury Road) es el último ejemplo de que segundas, terceras o incluso cuartas partes pueden ser buenas. Siguiendo la estela de la brutal criatura cinematográfica de George Miller, repasamos algunas de las mejores secuelas de la historia del séptimo arte.
30 años después ha resucitado Max Rockatansky, en la piel de Tom Hardy, para firmar la que sin duda es la mejor película de la desértica y apocalíptica saga que arrancaba en 1979 con Mel Gibson como protagonista.
Una cuarta entrega que, una vez más, prueba que el término secuela no es sinónimo solo de más, sino que también puede serlo de mejor, tal y como evidencian algunos de los títulos que ahora repasamos.
EL PADRINO II (1974)
En el caso de la cinta de Francis Ford Coppola ya no hablamos de una gran secuela, hablamos de una cinta que incluso llegó a igualar -o incluso superar- su primera entrega. La continuación de la historia de los Corleone, que sirve además para relatar los orígenes del joven Vito, es una de las grandes películas de la historia del cine.
EL CABALLERO OSCURO (2008)
Tras rescatar al personaje de DC Comics del pozo de fango y mediocridad en el que lo había sepultado Joel Schumacher con Batman Begins, Christopher Nolan elevó el cine de superhéroes a otro nivel con una cinta que de no estar protagonizada por un tipo disfrazado de murciélago y otro con el pelo verde... se hubiera llevado un botín mucho mayor en los Oscar que el premio al mejor sonido y el merecidísimo Oscar a título póstumo a Ledger como mejor actor de reparto.
HARRY POTTER Y EL PRISIONERO DE AZKABAN (2004)
De las siete secuelas que componen la saga cinematográfica basada en los libros de J.K. Rowling es sin duda la dirigida por Alfonso Cuarón, tercera en orden cronológico, la más apreciable tanto para los fans del niño mago como para los neófitos de la saga.
LA GUERRA DE LAS GALAXIAS. EPISODIO VI: EL RETORNO DEL JEDI (1983)
Aunque el gran golpe lo dio George Lucas en el también sobresaliente Episodio V con aquel mítico "Yo soy tu padre", la sexta y hasta fecha última -en orden cronológico- entrega de las saga es la más redonda de la media docena que cintas que componen la franquicia. En diciembre veremos si las esperanzas puestas en J.J. Abrams están justificas y es necesario reconsiderar cuál es la mejor secuela galáctica.
LA NOVIA DE FRANKENSTEIN (1935)
James Whale, que cuatro años antes firmó la primera entrega adaptando la obra de teatro de Peggy Webling basada en la novela de Mary Shelley, dirigió esta lúcida secuela que continúa la historia del monstruo y su creador.
INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA (1989)
Cierto es que a la hora de evaluar la saga de Indiana Jones el único título claro es el de peor película, dudoso honor que se lleva sin discusión la última entrega de la saga: El reino de la Calavera de Cristal. Pero hablamos de secuelas, y entre El templo maldito y La última cruzada, nos quedamos con ésta última... aunque solo sea por Henry Jones. Es decir, que Sean Connery es el único que deshace el empate técnico.
TOY STORY 3 (2010)
Pixar cerró la trilogía de Buzz, Woody y compañía con una aventura genial que arrasó en taquilla -con más de mil millones de dólares- y que se llevó dos Oscar mejor película de animación y canción. Una saga que la insaciable Disney volverá a abrir con una cuarta entrega prevista para el verano de 2017.
KILL BILL: VOL. 2 (2004)
¿Qué hay más brutal que Kill Bill? La respuesta es fácil... Kill Bill 2. Hay que recordar que Tarantino concibió la venganza de Beatrix Kiddo como una única película. De hecho presentó en Cannes un montaje de casi cuatro horas que finalmente se dividió en dos entregas. No es de extrañar que la secuela atesore algunos de los pasajes más brillantes de una historia que -palabra de Quentin- continuará con una tercera entrega.
EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: EL RETORNO DEL REY (2003)
La última entrega de la trilogía basada en la obra de J.R.R. Tolkien es el grandioso colofón al titánico esfuerzo que realizó Peter Jackson en su primera visita a la Tierra Media... a la que visto lo visto mejor no debió volver. Once premios Oscar, incluyendo mejor película y mejor director.
STAR TREK II. LA IRA DE KHAN (1982)
Para elegir la mejor secuela de una saga tan prolija como Star Trek nos quedamos la cinta dirigida y escrita por Nicholas Meyer a principios de los ochenta, aunque bien pudieramos quedarnos con la última entrega dirigida por J.J. Abrams y que también tenía legandario villano, en este caso con Benedict Cumberbatch tomando el testigo (y el grito) de Ricardo Montalbán, como protagonista.
SUPERMAN II (1980)
Aunque no mejoró la película original, sí que la segunda película de Christopher Reeve como el superhéroe de DC Comics es -con permiso de Superman II: El montaje de Richard Donner, la mejor secuela que ha tenido Kal-El en los cines. Juntarlo con Batman para aprovechar el tirón... es otra historia.
TERMINATOR 2: EL JUICIO FINAL (1991)
James Cameron firmó con la segunda entrega de Terminator una de las que sin duda es una de las mejores secuelas del cine con la que, además, saldaba la "deuda" con el T-800 y con Schwarzenegger, convertidos ya por aquel entonces uno -el personaje- en un icono de la ciencia ficción y otro -el actor- en uno de los grandes héroes de acción.
ANTES DEL ATARDECER (2004)
Ethan Hawke y Julie Delpy protagonizaron de nuevo la segunda parte de la trilogía de Richard Linklater. Una cinta que vio la luz nueve años después que la primera y que en sus 80 minutos de duración, asistíamos a las conversaciones entre Jesse y Celine alrededor de Paris.
CAPITÁN AMÉRICA: SOLDADO DE INVIERNO (2014)
Tras su algo descafeinado debut en los cines, el Capitán América protagonizó una de las mejores películas del universo Marvel y una de las grandes películas de superhéores. Un trabajo que les ha valido a los hermanos Russo convertirse en los grandes capos del universo cinematográfico Marvel: Anthony y Joe dirige la esperada Civil War -en pleno rodaje- y también se encargarán de las dos próximas entregas de Vengadores, Infinity War.
FAST & FURIOUS 7 (2015)
Puede que por sí sola la última entrega de la saga protagonizada por Vin Diesel y el finado Paul Walker no pase de ser una eficaz y a ratos francamente espectacular fantasmada. Pero no es menos cierto que en comparación con sus seis antecesoras, la cinta dirigida por James Wan -que va camino de los 1.500 millones de dólares en taquilla- supone un aclerón notable y digno de elogio.