MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS - Adrián de Miguel) -
Llega a los cines El Hogar de Miss Peregrine Para Niños Peculiares, la última película de Tim Burton basada en la obra homónima de Ramson Riggs que nos traslada hasta un fantasioso mundo poblado por jóvenes con capacidades especiales, aislados de la sociedad como fruto del rechazo a lo desconocido. Un proyecto y una moraleja que a Burton le van como anillo al dedo. Pero, ¿ha sabido el director de Eduardo Manostijeras o Batman crear otra película de culto?
Han pasado dos años desde la última película de Burton, Big Eyes, y el director por excelencia del cine gótico vuelve a lo que mejor se le da: un mundo sacado de cuento de hadas con entrañables personajes que, por desgracia, en esta ocasión no alcanzan la fuerza de otras de sus creaciones.
Donde en otro tiempo nos habría presentado a un Beetlejuice, a un Sweeney Todd o a una reinventada Alicia, en El Hogar de Miss Peregrine se nos introduce a un grupo de jóvenes con increíbles habilidades... que no terminan de ser explotadas como deberían en la película.
Partiendo de una premisa que mezcla a un grupo de estudiantes que recuerda a los pupilos del Instituto Xavier con un siempre presente sentimiento de 'complejo de Peter Pan' -que tanto caracteriza la obra del director- los Niños Peculiares de Miss Peregrine se sienten como un único personaje coral en el que ni las subtramas de amor adolescente, ni la presencia de la siempre brillante Eva Green terminan de destacar.
Y es que, si bien la película no resulta ni mucho menos aburrida, lo cierto es que los constantes cambios de secuencia, de espacio de tiempo, y sobre todo la falta de diálogos a favor de la belleza visual genera en el espectador un continuo sentimiento de desconcierto. Una falta de información que provoca que todos los problemas a los que se enfrentan los Peculiares parezcan más un hilo para justificar el avance de la trama que un peligro real.
Un peligro encarnado por un Samuel L. Jackson que no termina de cuajar como villano -recordando más a su personaje en The Spirit que al Nick Furia de Vengadores o al Stephen de Django Desencadenado- dispuesto a ponérselo difícil a los apadrinados de Eva Green, y a una Judi Dench (007) cuya presencia no deja de ser meramente testimonial.
Pero no nos engañemos. Lo cierto es que tras todo ese trasfondo de fantasía, tras todos esos personajes marginados que tanto le gustan al director, y tras toda esa apariencia de aventura juvenil para toda la familia, reside un potente e importante mensaje que va más allá del evidente elogio a la diferencia que es El Hogar de Miss Peregrine: a veces, aquellos cuentos de nuestra infancia que nos asustaban, entusiasmaban y emocionaban a partes iguales, tienen más de realidad que de ficción. Y eso es algo que Tim Burton sabe muy bien.