MADRID, 12 Ene. (EDIZIONES) -
Siete Globos de Oro. Se dice pronto. Pero no ha sido un camino de rosas ni una canción feliz de musical clásico. La historia de un proyecto como La ciudad de las estrellas - La La Land desde que Damien Chazelle lo ideó hasta que se convirtió en la ganadora -rompiendo récords- de siete Globos de Oro y principal favorita para los Oscar es una auténtica odisea.
Y el propio director y guionista la ha explicado Vulture. Nadie, durante años, confiaba en La La Land, ni siquiera la propia La La Land, Hollywood. "Hubo tantos momentos, desde hace cinco o seis años que la escribí, donde me pareció estar tan cerca de hacerla", se queja Chazelle. "Es la típica historia de Hollywood, cada vez que todo se desmorona, me pongo a soltar improperios y digo: '¡maldita sea!'".
La La Land va lanzada a superar la barrera de los 100 millones de dólares recaudados, pero su presencia en las grandes ligas tiene más de un paralelismo con su protagonista encarnada por Emma Stone: esa sempiterna aspirante a actriz que se choca una y otra vez contra productores y estudios que cambiaban de parecer cuando parecía que llegaba un rayo de esperanza.
Pero para llegar al musical más loado de los últimos tiempos, primero hay que entender cómo Chazelle ha sido su propio Ulises y, La La Land, su Ítaca personal.
Cuando Chazelle empezó la venta de La La Land, apenas tenía 25 años y acaba de estrenarse su debut como director, Guy and Madeline on a Park Bench, en 2009, cinta que explora varios de los temas e ideas de su nuevo largometraje: como esta, es un musical romántico que rinde homenaje al jazz y a las viejas películas de Hollywood, y que cuenta con el mismo compositor, Justin Hurwitz.
Chazelle sin duda esperaba que Guy and Madeline on a Park Bench sirviera como una prueba de lo que quería hacer, método que repitió años más tarde cuando intentaba financiar su película Whiplash. En aquel caso, primero filmó una de sus escenas más cruciales y violentas como un cortometraje para convencer a los productores y así obtener el dinero necesario para acometerla.
La diferencia es que, con Whiplash, funcionó: la versión de larga duración de su oda a 'el fin justifica los medios' llegó a la pantalla poco después, en 2014, recogiendo tres premios de la Academia: Mejor Actor de Reparto para J.K. Simmons, Mejor Montaje y Mejor Sonido. Poca broma. Y sin embargo La La Land, hasta que Chazelle se hizo un nombre en aquella gala de los Oscar, no encontró gente dispuesta a invertir en ella.
UN TERCER ACTO DE VÉRTIGO
"Ciertas cosas tuvieron que pasar entre medias, una de las cuales fue Whiplash", admite Chazelle. "Ahora miro hacia atrás y creo que he tenido un golpe de suerte. Yo probablemente no estaba listo para hacer La La Land hasta que la hice y, al principio, incluso fui un poco ingenuo acerca del presupuesto que necesitábamos. Cuando escribí el guión en 2010, que es más o menos el guión que finalmente se ve en pantalla... lo estábamos intentando vender como un proyecto con un presupuesto de sólo 1 millón de dólares", sorprende el ganador de dos Globos de Oro.
¿Sólo un millón para rodar un musical de dos horas, ambientado en localizaciones reales de Los Ángeles, que incluye una secuencia de tráfico que necesita parar una autopista?
"Exactamente", se ríe Chazelle, quien obviamente repensó el mismo guión con mucho más dinero, incluyendo salarios lo suficientemente grandes como para permitirse grandes estrellas de cine tras Whiplash. "Creo que tuve una obstinada estupidez que, al final, hizo posible la cinta tal y como está". Y aunque el éxito de Whiplash significó que Chazelle podía seleccionar su próximo largometraje, él tuvo claro que su destino era su Ítaca personal, su pasión desde hacía mucho tiempo: "Ni siquiera me planteé otra cosa", afirma.
En un principio, Chazelle organizó La La Land como una iteración de Whiplash y volvería a contar con Miles Teller de protagonista, acompañado de Emma Watson, aunque los dos actores cayeron cuando Ryan Gosling y Emma Stone finalmente entraron en el proyecto. Y, por si la larga travesía parecía llegar a su fin, con grandes estrellas y un gran impulso tras los Oscar, sólo un estudio estaba dispuesto a hacer la película.
"Todavía era una apuesta como un musical clásico con un compositor desconocido escribiendo la música", se muestra comprensivo Chazelle. "Teníamos que convencer y, al final, todo se redujo a Lionsgate, que estaba dispuesto a darnos los recursos que necesitábamos y apostar por La La Land".
Chazelle, Gosling, Stone y Hurwitz estuvieron entre los grandes triunfadores de los Globos de Oro, y Lionsgate ahora tiene su película más exitosa desde que la franquicia de Los Juegos del Hambre acabara el año pasado. Como las buenas películas sobre la perseverancia creativa cuando todo está en contra, hay un acto final apropiado que acaba de comenzar.