MADRID, 24 Abr. (EDIZIONES) -
Corría el año 1989. Habían pasado 5 años desde que Prince conquistó por primera vez la lista de éxitos con Purple Rain. Desde entonces, Prince había cosechado algún que otro éxito, pero sus álbumes posteriores supusieron un 'fracaso' de crítica y público, a veces ambas cosas. La banda con la que grabó Purple Rain, The Revolution, se encontraba ya disuelta.
Por aquel entonces, Warner Bros. quería revivir a la estrella que algún día fue Prince, un auténtico fenómeno de la cultura pop. Y entre sus proyectos se encontraba otro gran icono de la cultura moderna, a punto de saltar a la fama: el Batman de Tim Burton. Fue entonces cuando los responsables de Warner se acercaron al músico y le pidieron que compusiese un nuevo disco, basado en los temas y personajes de Gotham City.
Con tan sólo media hora de visionado de imágenes de prueba de la cinta de Tim Burton, Prince se encerró durante 6 semanas y escribió un disco completo de canciones, aprovechando algunos retales que tenía preparados antes de asumir el proyecto. El resultado fue "Batman", un álbum que inmediatamente fue éxito en ventas, encabezando las listas de Billboard durante seis semanas.
Inmediatamente se convirtió no sólo en la banda sonora de la cinta de Burton, si no también de todo el verano de 1989. Del mismo modo que el Joker de Jack Nicholson, "Batman" fue un emblema de la avaricia y el exceso desenfrenado de la década en la que fue lanzado. En realidad, pocas canciones del álbum fueron utilizadas finalmente en la película, en parte debido a la negativa por parte de Danny Elfman a colaborar con Prince.
Sin embargo, sí hubo una canción que fue introducida en la película de manera magistral, ya que define perfectamente el carácter del Joker de Nicholson. Se trata de Partyman, la canción que suena durante la irrupción del Payaso del Crímen en el Museo de Arte de Gotham al grito de "Señores, ¡vamos a ampliar nuestras mentes!".
Visto ahora, en retrospectiva, la canción del icono del pop parece no encajar mucho con el personaje. Al menos no con las versiones actuales de Batman, tanto de Christopher Nolan como el más oscuro interpretado por Ben Affleck. Pero tanto disco como película consiguieron el objetivo que buscaban: volver a poner a Prince en el punto de mira, catapultándole una vez más a la fama como lo que siempre fue hasta su muerte. Uno de los mayores representantes de la música y el espíritu de los años 80.