MADRID, 26 Ago. (EDIZIONES) -
Como ha sucedido en otras ocasiones en las que la industria norteamericana se ha lanzado a adaptar alguna obra japonesa, la película sobre Death Note que produce Netflix también ha recibido acusaciones de blanqueo. Sin embargo, su director, Adam Wingard, ha respondido a estas críticas para asegurar que su película ofrece una versión completamente nueva de la obra original.
Wingard afirmó en una entrevista a Vulture que la nueva Death Note de Netflix que "no trata "simplemente de tomar un personaje para transformar a un niño japonés en un niño blanco. Es una cosa completamente nueva. Los personajes son muy diferentes, es una experiencia distinta que hemos creado juntos". Por lo tanto, los Light Turner (Light Yagami en el anime) o Mia Sutton (Misa Amane) han cambiado algo más que el nombre y el color de piel.
Pese a todo, no son nuevas este tipo de críticas. Ya antes tuvo que enfrentarse a ellas la adaptación de Ghost in the Shell, protagonizada al completo por intérpretes estadounidenses. O, antes que esta, la película sobre Dragon Ball. Sin embargo, los responsables de Death Note no han dudado en rechazar de pleno las acusaciones raciales.
Además de Wingard, el productor Roy Lee (The Ring) también incidió en que seleccionaron "a los actores que creíamos adecuados para las partes que fueron escritas" sin tener en cuenta el color de la piel. "No consideramos la raza como un factor. Acabamos de hacer la versión de los EE.UU. Hay remakes de películas estadounidenses en Japón", continúa Lee, "pero nunca se pensó en traer a los actores estadounidenses para interpretarlas".
Death Note está disponible en la plataforma televisiva desde este viernes, y la protagonizan Nat Wolff (Ciudades de papel), Margaret Qualley (The Leftovers), Keith Stalley (Straight Out of Compton), Paul Nakauchi (Star Wars: The Clone Wars) y Shea Whigham (Boardwalk Empire), entre otros.