MADRID, 6 Ene. (EUROPA PRESS) - Tras el muy sentido luto por la muerte el pasado 27 de diciembre de Carrie Fisher, Disney ya se ha puesto manos a la obra para dilucidar cómo será el futuro de la Princesa Leia en Star Wars, tanto en el Episodio VIII, cuyas escenas grabó antes de fallecer y que se estrena en 2018, y el Episodio IX, donde tenía una importancia crucial en la trama. Tal y como informa The Hollywood Reporter, en la próxima cinta de la franquicia galáctica, dirigida por Rian Johnson, el icónico personaje de Carrie Fisher debía de reunirse con su hermano luke Skywalker (Mark Hamill), mientras que en el Episodio IX iba a enfrentarse a su propio hijo Kylo Ren (Adam Driver). Sin embargo, esta última cinta sobre el Clan Skywalker se encuentra todavía en fase de preproducción, y Disney no se ha pronunciado sobre en qué estado se encuentra el guión -ni se prevé que lo haga para que no se sospeche qué partes fueron o no reescritas-, escrito por escrito por Derek Connolly y el también director Colin Trevorrow (Jurassic World) . Por ellos, Trevorrow se reunirá la semana próxima en Los Ángeles con Kathleen Kennedy, Presidenta de Lucasfilm, para sopesar todas las opciones y discernir cuál es la más adecuada, dado que aún tienen tiempo suficiente. La reunión entre Trevorrow y Kennedy, que también podría incluir a Johnson por la idea que tiene sobre el Episodio VIII, dirimirá el futuro de Star Wars sin Carrie Fisher. Como primera opción, cabe la posibilidad de retocar el propio Episodio VIII para matar a Leia, aunque tras la muerte de Han Solo en el episodio VII a manos de su hijo Ben Solo/Kylo Ren, su fallecimiento sería una cruz demasiado pesada para los fans. Pero esta posible solución, que necesariamente implica el uso de los ya célebres reshoots -que no son nuevos y que, visto lo visto, favorecen el resultado final- acabaría con la historia de la Princesa Leia de una forma rápida y definitiva aunque, si no se hace bien, precipitada. Otra opción sería, dado que el Episodio IX está en fase de pre producción, recomponer el guión para dar una explicación a la ausencia de la General Organa: ya sea desde un retiro voluntario, una muerte o el simple paso de poderes por el tiempo dedicado a la rebelión, el libreto tendrá que hacer frente al peliagudo tema de que los espectadores no pongan el foco en el no retorno de Leia. No hay que olvidar que el propio Episodio VIII también pasó por una reescritura importante a manos de Rian Johnson, que tuvo que revisar su guión después de ver los cambios significativos que J.J. Abrams hizo en El Despertar de la Fuerza en la sala de montaje -Johnson había basado su guión en los primeros borradores-. Y la tercera vía, y puede que la más arriesgada, es la que implica en la ecuación al temido CGI. Cierto que no es la primera vez que la hija de Padmé y Anakin aparece sin estar Carrie Fisher presente, como se pudo comprobar al final de Rogue One. Pero sí sería su primera resurrección digital como se ha hecho con el Moff Tarkin de Peter Cushing en dicha cinta con un mejorable resultado. De aquí a que se estrene en 2019 la última cinta de la nueva trilogía sobre el clan Skywalker, el CGI todavía tiene mucho margen de mejora, pero, según una fuente de Star Wars, "Rogue One es la hoja de ruta". "No tengo ninguna duda, dados algunos de los trabajos recientes que he visto, hay cineastas que estarán dispuestos a aceptar el desafío", dice Michael Fink, un supervisor de efectos especiales ganador de un Oscar. Pero, añade, "hasta ahora, hemos visto momentos de éxito, pero no verdaderas actuaciones". También habló de que hay una ética que sopesar: "¿Debemos crear roles adicionales para la Princesa Leia? No lo creo", admite.