MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Círculo de Bellas Artes acoge hasta el próximo 21 de enero una muestra en torno al guionista y director de cine Federico Fellini, cuyo hilo conductor estará atravesado por lo onírico, lo erótico y su obsesión por el dibujo.
La exposición, de carácter documental, mostrará fotografías de rodaje, dibujos originales, proyecciones y material inédito. Para alcanzar una comprensión profunda de la vida y la filmografía del cineasta, los visitantes podrán "sumergirse en sus sueños" y sus dibujos.
Ambos elementos estuvieron presentes hasta el final en su trabajo. Incluso un año antes de su fallecimiento, sorprendió al público grabando tres inquietantes anuncios para la Banca di Roma (interpretados por Paolo Villaggio, Fernando Rey y Anna Falchi) que revelan las preocupaciones de un hombre que acude al psicoanalista y vuelca allí su mundo onírico: desayunos encantadores que se interrumpen, animales salvajes en una cárcel o túneles que se derrumban.
"No cabe duda: los anuncios de Fellini son la representación de tres sueños que el cineasta había tenido mucho tiempo atrás y de los que tenemos constancia porque él mismo los plasmó en palabras y dibujos. Ignoro si Fellini sabía que el psicoanalista Gustav Jung animaba a sus pacientes a plasmar gráficamente sus sueños y describirlos con unas pocas nota, pero él hacía lo mismo", explica el psiquiatra Vittorino Andreoli en el catálogo de la exposición.
El cineasta italiano plasmaba cada día sus sueños en un diario, recopilación de quimeras, titulado 'El libro de los sueños', lo que "revela la importancia del inconsciente" en la vida de Fellini. Otra de sus obsesiones, la práctica casi mecánica del dibujo, queda patente a través de su propio testimonio.
"Siempre he dibujado sobre cualquier trozo de papel que me encontraba. Es una especie de reflejo condicionado, un gesto automático, una manía que llevo conmigo desde siempre", señalaba el autor de 'La dolce vita'.
"Hay un antes y un después de Fellini: subvirtió todas las reglas, abolió la sintaxis habitual del relato y se desprendió de esas tramas aún deudoras de la estructura de la novela. Y al hacerlo, subió un peldaño más en la capacidad de desvelar la realidad, un rasgo común a buena parte del gran arte del siglo XX", ha apuntado el presidente del Círculo de Bellas Artes, Juan Miguel Hernández.