MADRID, 15 Jun. (EDIZIONES)
Los dos encarnaron a villanos memorables. Los dos fueron nombrados caballeros del Imperio Británico y los dos dieron vida a poderosos magos a las órdenes de Peter Jackson. Sir Ian McKellen dice adiós a Sir Christopher Lee, fallecido la pasada semana a los 93 años, en una conmovedora carta.
En un texto publicado en su página oficial de Facebook, McKellen, que coincidió con Lee durante dos maratonianos rodajes -primero en 2001 en el de la trilogía de El Señor de los Anillos y una década después, también a las órdenes de Jackson, en el de la también trilogía de El Hobbit- el actor británico recuerda la figura de Lee y le rinde su particular homenaje en un texto en el que cuenta algunos de los secretos de su relación y cómo lo primero que le dijo al llegar al rodaje fue que él era gran fan de Tolkien y debería haber sido elegido para ser Gandalf.
"Cuando llegué a Nueva Zelanda para comenzar a rodar como Gandalf, en la primera semana del siglo XXI, Peter Jackson celebró una cena con algunos de los actores. Yo estaba feliz de estar al lado de Christopher Lee, un actor al que había conocido antes y al que siempre admiraba. Él había sido elegido como el mago blanco Saruman, y lo primero que me dijo fue: 'Yo siempre creído que debía ser yo quien interpretara a Gandalf, he leído 'El Señor de los Anillos' todos los años, algunos incluso dos veces'", recuerda McKellen, que revela que acto seguido Lee le recitó de memoria un fragmento del Discurso Negro de Mordor.
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"ALTO, OSCURO Y ATRACTIVO"
"Entonces me sentí incómodo, insuficente para el papel... pero esa nunca fue la intención de Christopher, él era un hombre de 78 años maestro en el arte de la rectitud caballerosa". Fue precisamente esa figura de hombre "alto, oscuro y atractivo" que mantenía a raya cualquier demonio interno lo que hizo tan grandes sus actuaciones como Drácula, Frankestein o Sherlock Holmes.
"Eso precisamente fue lo que hizo a su Saruman tan eficaz. Con su larga barba y ropas blancas, tenía un aire de Papa severo pero a la vez benigno que ocultaba su ambición de gobernar la Tierra Media, con crueldad y resentimiento", apunta McKellen que en su texto recuerda cómo en los descansos del rodaje le encantaba acudir cerca de Lee a recordar anécdotas. "Después de todo él tenía ya 200 películas y un par de discos grabados en su currículum. Su primer deseo de Lee fue ser cantante de ópera", recuerda el actor que dio vida a Gandalf.
"Fue conmovedor que Christopher estuviera un poco nervioso al principio. '¡¡Peter me hizo repetir mi primer diálogo 10 veces!!', a lo que yo le contesté que no se preocupara, que el día anterior yo había tenido que repetir una escena 27 veces. Sus ojos oscuros se abrieron y brillaron. Ya jamás volvió a quejarse", revela McKellen.
LA "OTRA MUERTE" DE SARUMAN
El actor británico, en su carta de despedida, también recuerda cómo Peter Jackson, fascinado siempre por los personajes de terror de Lee en la productora Hammer, había ideado una muerte espectacular con referencias a su pasado como Drácula en la que "caía sobre un pico que atravesaba su corazón cobarde". "A Chris no le gustó mucho apruebe y creo que esa secuencia sólo se puede ser visto en la versión extendida del director".
En su carta, McKellen también lamenta que Lee no trabajara en teatro "ni dirigiera una película como su ídolo Laurence Olivier", pero recuerda que "estaba muy orgulloso del éxito de su carrera en el cine y cuando fue nombrado caballero, al igual que todos nosotros, fue un honor compartir un titulo con Sir Larry (Olivier)".
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"La última vez que Saruman y Gandalf filmaron juntos fue alrededor de una mesa en Rivendel, pero mientras Galadriel, Elrond y yo estábamos en el estudio Wellington, las tomas de Sir Christopher fueron filmadas en Londres algunos meses más tarde. Ya se sabe que en el cine no es todo como parece", revela McKellen que para finalizar recuerda que cuando Lee "se unió al elenco de Star Wars, dijo que rodó todas sus escenas sin necesidad de un doble. Algo que ciertamente no fue así en la gran pelea contra Gandalf en la que los magos desafían las gravedad".
"Sospecho que él solo quería declarar que estaba ya envejeciendo. No tenía por qué preocuparse, su destreza como actor nunca se resintió", concluye el actor que acompaña su carta de despedida con una fotografía de Christopher Lee.