Foto: MASHABLE
MADRID, 17 May. (EUROPA PRESS) -
Godzilla ha vuelto a los cines. Y lo ha hecho a lo grande. Concretamente, el monstruo nipón que hace ahora 60 años creó Tomoyuki Tanaka luce en su última adaptación cinematográfica una talla que duplica a la que tenía su versión original. Es, ahora más que nunca, el rey de los monstruos.
En su versión de 2014, la que dirige Gareth Edwards, la colosal criatura radioactiva mide unos 100 metros de alto, el doble de los casi 50 metros que levantaba su original antecesor en el filme de 1954.
Dar el estirón le ha valido no pocas críticas al nuevo Godzilla. Y es que algunos fans se han quedado de que Godzilla ha crecido no solo a lo largo, sino también a lo ancho. "Esta fuera de forma", "parece una patata" o "Fatzilla", son algunos de los comentarios dejados en redes sociales o foros de Internet tras ver los primeros tráilers.
Más allá de los comentarios y de las bromas -de los haters no se libra ni el ancestral bicharraco radioactivo- tras los más de 100 metros del imponente y grueso -sí, que no gordo- Godzilla está el trabajo de más de 500 animadores, informáticos y artistas que trabajaron varios años para perfeccionar el que es el más grande de los 30 Godzillas diferentes que han llegado a las pantallas desde su debut hace 60 años.
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A principios de la década de 1950, todavía con las tragedias de Hiroshima y Nagasaki en la mente de todos los japoneses, Godzilla fue concebido por Tomoyuki Tanaka después de un viaje hasta el atolón de Bikini, escenario de pruebas nucleares. Fue entonces cuando a Tanaka se le ocurrió la idea de un colosal dinosaurio reanimado por la radiación que arrasa Tokio.
Ishiró Honda fue el encargado de dirigir Gojira (su título en japonés) y puso junto a Tanaka las bases de un mito, un monstruo con apariencia mezcla de Iguanodon y Tiranosaurio, que fue creciendo hasta convertirse en el mito que es hoy en día.
LOS TRAJES DE GODZILLA
Como curiosidad de la producción de la película original, hay que destacar que la idea inicial era filmar la cinta con tecnología stop-motion, articulando modelos a pequeña escala y luego ampliando las imágenes. Pero Eiji Tsuburaya, considerado entonces como el maestro de los efectos especiales japoneses, calculó que tardaría siete años para rodar la película con esa técnica.
Los responsables de la película llegaron a la conclusión de que la única solución práctica era diseñar un traje de Godzilla y que se lo pudiera un actor. La primera prueba del traje -construido de bambú y tela metálica recubierta látex- fue un desastre. El actor casi no podía moverse, se ahogaba dentro de un traje que pesaba casi 100 kilos y dentro del que sufría temperaturas inhumanas.
Finalmente consiguieron cierta flexibilidad y aligerar el traje y la poca movilidad que le permitía al actor (Haruo Nakajima) se convirtió, sin buscarlo, en una seña de identidad del poderoso monstruo.
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"No lograron conseguir unos movimientos correctos, siempre se parecía a hombre dentro de un traje de goma", dice Jim Rygiel supervisor de efectos especiales de la última versión de Godzilla. "Dicho esto, recuerdo verlo de niño y creermelo totalmente", apostilla.
A pesar de las malas críticas iniciales que el primer Godzilla cosechó en Japón, la criatura llamó la atención del público Una secuela, Godzilla contraataca se lanzó un año después, en 1955, y al año siguiente una versión de la película original fue re-editada para el público estadounidense.
Series de televisión, versión espacial, enfrentamientos contra King-Kong, Mothra... la franquicia estaba en marcha, con ocho películas estrenadas en la década de los sesenta y otras 18 hasta 2004.
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DISEÑOS ÚNICOS
El diseño del traje de Godzilla cambia cada vez, a menudo por razones más estéticas que prácticas. De hecho, cada traje creado antes de los años 90 fue cosido a mano y hecho desde cero. Todos ellos eran únicos y se creaban con la idea de que fueran usados para una sola película.
En 1998 Hollywood decidió que estaba listo para abordar Godzilla por primera vez. El encargado de afrontar el reto fue Roland Emmerich, director de la hipertaquillera Independence Day que con un presupuesto de unos 130 millones de dólares recreó al mastodóntico monstruo radioactivo usando las últimas tecnicas digitales... pero también a un actor metido en un traje de Godzilla.
El resultado fue el Godzilla más "reptiliano" hasta la fecha. Los fans más puristas se indignaron bastante al no reconocer a la criatura orginal y los críticos arremetieron duramente contra la película. "Su cara se parece a una iguana y su cuerpo y extremidades parecen las de una rana", afirmó Nakajima, el actor que se metió dentro del primer traje de Godzilla.
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