MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
La 31 edición de los Premios Goya de la Academia de Cine han concluido con una gala en la que se han cumplido los tiempos previstos (casi tres horas justas de duración), con mucha música en directo a cargo de la Film Academy Orchestra y escasas alusiones políticas por parte del mundo del celuloide.
Ya desde la primera intervención de Rovira en el discurso inicial se podía entrever que los políticos no serían los protagonistas de la noche. El actor avisaba de que dedicaría a los políticos "el mismo tiempo promocional" que ellos han dedicado a la cultura en sus discursos, campañas y debates. Tras un par de segundos, el actor ha añadido un "ya está", dando a entender el escaso tiempo dedicado a la cultura desde el sector político.
Pero ésta no ha sido la única alusión a los políticos, aunque en este caso Rovira ha dirigido su mirada más allá del Atlántico para lanzar un mensaje al presidente estadounidense, Donald Trump. "Si nos estás escuchando, que sepas que la palabra cine se escribe con 'i' latina'", ha bromeado, tras acompañar la orquesta el nombre del dirigente estadounidense con un sonido de trompetas.
Desde esta intervención, los premios se han ido sucediendo con relativa rapidez y, a diferencia de otras ediciones, los números intercalados entre ellos han brillado prácticamente por su ausencia. También los premiados han colaborado en esta ocasión, puesto que sus intervenciones se han ajustado en la mayor parte al tiempo establecido por la Academia.
Para esta edición, además de la música que se sobrepone al discurso de aquellos que sobrepasan el límite, la organización incorporó un sonido similar al de un reloj previo, que avisaba a los premiados. Aun así, han habido algunas excepciones, caso de los actores Manolo Solo o Emma Suárez (en su segundo Goya), que se lo han tomado con humor y también han podido terminar su discurso de agradecimiento.
Con varias piezas musicales entre las categorías, la gala ha transcurrido con ligereza y humor, puesto en la mayoría de las veces por Rovira. El presentador se ha permitido bromear con la totalidad de los nominados, siendo uno de los momentos destacados el beso que se han dado en la boca el propio Rovira y su excompañero de reparto (y en esta gala también nominado) Karra Elejalde.
Con Antonio de la Torre (que se ha marchado de vacío) también ha sacado su vis cómica, ofreciéndole un altavoz para que se 'liberase' y el protagonista de 'Tarde para la ira' ha aprovechado para gritar 'Gibraltar español' o ironizar con que Trump "habla español en la intimidad". Rovira le ha preguntado en otro momento de la gala a Almodóvar qué tal se veía "con gafas 3D" o se ha dirigido a Ken Loach (nominado por 'Yo, Daniel Blake') en inglés para decirle que admira su trabajo.
UN SUPERMAN JUNTO A MÉNDEZ DE VIGO
En otra de sus intervenciones, Rovira ha bromeado con la presidenta de la Acaddemia, Yvone Blake, respecto a su trabajo en vestuario para Superman, vistiéndose como el superhéroe. Este momento ha ganado en comicidad cuando se ha alejado la cámara y se ha visto sentado al lado del presentador al ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo.
Pero la gala también ha dejado hueco para otras reivindicaciones como las laborales (mientras Daniel Guzmán apuntaba que solo el 8% de los actores vivían de la profesión de actor y Emma Suárez le secundaba, Ana Belén o Rovira lamentaban el escaso protagonismo de las mujeres en el cine) o algunas relacionadas con la salud.
Esta gala ha coincidido con el Día Mundial del Cáncer y el nombre de Bimba Bosé ha estado presente --también luego en el apartado 'in memoriam'-- gracias al diseñador Carlos Díez, que ha subido a recoger un galardón. Asimismo, el actor Carlos Santos, premiado por su papel en 'El hombre de las mil caras', ha recordado a su hermana que "no ha podido estar aquí".
IN MEMORIAM Y GOYA DE HONOR
Entre otros momentos destacados, el citado 'In memoriam' ha rescatado nombres fallecidos este año como los de Emma Cohen, Pedro Costa, Ángel de Andrés, Rikar Gil, Chus Lampreave, Gil Parrondo, Elena Santonjja, Manolo Tena o Amparo Valle. Previamente, ha habido espacio tanto para el discurso habitual de los dirigentes de la Academia de Cine como para el del Goya de Honor, Ana Belén este año.
Por un lado, el vicepresidente de la Academia, Mariano Barroso, ha manifestado que el cine no es un sector que vive "del Estado" y ha pedido un "pacto de Estado por el cine", en un discurso que ha pronunciado junto a la presidenta de la institución, Yvonne Blake. Barroso ha destacado que el cine "genera riqueza para el Estado, a pesar del desempleo" que sufren los actores, un 92 por ciento.
En esta misma línea, Ana Belén ha ido un poco más lejos en su discurso al pedir "salud y trabajo para esta profesión, que no se merece tanto desprecio de sus gobernantes". La actriz ha hecho un repaso a sus trabajos por el cine, desde sus inicios hasta los días más recientes. "He sido muy feliz en mi trabajo y espero seguir siéndolo. En España se hace muy buen cine y nuestros cineastas nacen aprendidos", ha destacado.
UNA TILA PARA BAYONA
Según avanzaba la noche crecían los nervios al ir acercándose las categorías principales. Rovira ha continuado con su humor llevando una tila al director de 'Un monstruo viene a verme' J.A. Bayona, quien estaba visiblemente nervioso y hasta emocionado a medida que iban cayendo los premios. Rovira ha presumido de que ha sido una de las galas más interactiva y ha puesto incluso algunos 'tuits' de los espectadores, especialmente los más cómicos.
A la conclusión, el actor ha reconocido que "sí ha merecido la pena" presentar de nuevo esta gala. La despedida de Rovira ha girado en torno al deseo del cine español de "seguir haciendo público". "Deseo que todo el mundo en España tenga trabajo y esté 'bien pagá'", ha concluido.