MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) - Juan Antonio Bayona toma el testigo de Colin Trevorrow al frente de la saga jurásica y dirige su primera superproducción estadounidense en Jurassic World: El reino caído. Una secuela que llegará a los cines españoles el jueves 7 de junio protagonizada de nuevo por Chris Pratt y Bryce Dallas Howard y producida por Steven Spielberg. Fue precisamente la presencia del mítico cineasta lo que hizo que Bayona se decidiera a elegir este proyecto para dar el salto a Hollywood. "Que fuera una saga que estuviera apadrinada por Steven Spielberg marcó la diferencia. Era una de las casillas que quería rellenar, tachar en mi carrera, poder tener el lujo de sentarme con él y hablar de una película", afirma el director español en una entrevista concedida a Europa Press en la que reconoce que fue "maravilloso" comprobar que estaba "en sintonía completa" con el mítico cineasta estadounidense y ver cómo entre los dos iban dando forma y giros a las ideas para "llevar la saga a un sitio al que el público no espera". Y es que El reino caído traslada la saga a lugares que no había transitado la primera entrega de Jurassic World, con los dinosaurios abandonando la Isla Nublar, y explora géneros como el suspense o el terror, que no estaban tan presentes en el que fue el filme más taquillero de 2015, y en los que, reconoce, se siente "muy cómodo". "El momento en el que hacemos que la isla vuele por los aires es una total declaración de intenciones en la que dices al público: 'Olvidaos de todo lo que habéis visto, vamos a otro sito'", apunta Bayona, que adelanta que en la segunda parte fuera de la Isla el filme se vuelve "más claustrofóbico y cerrado, casi gótico". Una mezcla de géneros con la que busca "darle al público la mejor película de 'Jurassic' posible" y una experiencia cinematográfica que compara con una "montaña rusa", y que deje para el recuerdo "momentos memorables". "Me encantaría que dentro de diez años el director que ruede una nueva película de la saga tenga en la cabeza algunas de las secuencias que he rodado yo en esta", señala Bayona, que se empeñó en filmar esta secuela con más 'animatronics' en detrimento de las imágenes generadas por CGI para recuperar alma y verdad. La presencia física de estos animales robóticos es algo, apunta el director, que "ayuda mucho a conseguir interpretaciones todavía mejores". "Tener a Chris Pratt delante de un títere que representa a un 'baby raptor' es un lujo. Consigues la reacción genuina que puedes ver en su rostro al estar delante de una criatura fascinante", apunta el director, que subraya que los retos técnicos de El reino caído fueron mastodónticos ya que "nunca se han visto tantos dinosaurios en una película de 'Jurassic'" y "nunca se han visto tantos dinosaurios en el mismo plano". "UN CIRCO DE CINCO O SEIS PISTAS" "En un momento hicimos la pantalla más larga porque no cabía la cantidad de dinosaurios que había en el plano", recuerda. Una magnitud que, a pesar de tener experiencia en películas grandes como Lo Imposible o Un monstruo viene a verme, el director catalán ha notado a la hora de trabajar. "En Lo Imposible teníamos una secuencia que era técnicamente muy compleja como la del tsunami, pero aquí teníamos cinco o seis tsunamis. Es como un circo de cinco o seis pistas. Es un proceso que exige mucho esfuerzo", insiste el director. Y además del suspense, la aventura, la sobredosis de dinosaurios y el espectáculo propio de un blockbuster de este calibre, el Jurassic World de Bayona también plantea esas cuestiones sobre la relación del hombre respecto a la naturaleza y la ciencia, y sus excesos como especie dominante, que están en la propia "semilla" de la saga, las novelas de Michael Crichton. Planteamientos que en esta ocasión cuentan con un ponente de excepción, el Doctor Ian Malcolm que, encarnado por Jeff Goldblum, vuelve a la saga más de 20 años después. "Es importante señalar que el dedo acusador señala al hombre, no a la ciencia. Son las malas intenciones del hombre lo que hacen que se crucen determinadas líneas rojas", sentencia un director que ha inyectado una gran dosis de "entusiasmo y vitalidad" a la saga jurásica, según afirma su protagonista Chris Pratt. TERROR Y EMOCIÓN... SIN TACONES "Bayona es un cineasta magnífico y su aportación a esta saga es realmente fantástica. Es un maestro del suspense. Además le encanta hacer películas y le encanta ver películas y eso se nota", señala Pratt, que no duda en afirmar que es el "director ideal" para esta ya quinta entrega de la franquicia jurásica que, apunta Bryce Dallas Howard, lleva "más allá la aventura y el terror" buscando un difícil "equilibrio" entre los dos elementos, el miedo más primario y la emoción. Sus personajes retoman la aventura tres años después de los sucesos de la primera 'Jurassic World', que terminó con el colapso del Parque y la Isla Nublar abandonada por los humanos y dominada por los dinosaurios. En ese tiempo Claire Dearing (Dallas Howard) ha pasado de dirigir el parque que explotaba a los animales a ser una activa defensora de los derechos de los dinosaurios para evitar su extinción en la Isla, mientras que Owen Grady (Pratt), el adiestrador de velociraptores, vive alejado de todo y de todos. Ambos tendrán que regresar a la Isla Nublar para intentar salvar a los ejemplares que allí quedan. Y ahora están preparados para lo que van a afrontar, apunta Dallas Howard, lo que explica que esta ocasión su personaje no tenga que correr por la jungla con tacones. Aquella fue una de las secuencias más comentadas, y criticadas, de la primera película, algo que no olvida el director de aquel filme y guionista de este, Colin Trevorrow. "Cuando íbamos a empezar a rodar la segunda película me mandó un mensaje: 'Sin tacones en 2018'", confiesa la actriz entre risas.