MADRID, 24 Jun. (EDIZIONES) -
El pasado jueves 22 de junio Johnny Depp manifestó una vez más su descontento con Donald Trump y bromeó con la posibilidad de asesinar al presidente de Estados Unidos. Ante el revuelo que se ha creado en los medios de comunicación, el actor ha entonado el mea culpa asegurando que se trataba de una broma "de mal gusto".
Tras sus polémicas declaraciones durante el festival de Glastonbury, Depp ha explicado a la revista People que sus comentarios no tenían ninguna mala intención. "Pido perdón por la broma de mal gusto que intenté hacer anoche sobre el presidente Trump", afirma el actor de Piratas del Caribe.
"No salió como esperaba y no la hice con malicia. Sólo trataba divertir, sin herir a nadie", admite Depp, que antes de la proyección de The Libertine en el autocine del festival preguntó al público sobre la última vez en la que un actor mató a una presidente. Esta desafortunada cuestión era una referencia directa al asesinato de Abraham Lincoln realizado por John Wilkes en 1865.
Por su parte, la Casa Blanca ha respondido a las palabras de Depp en un comunicado en el que lamentan la retórica violenta del intérprete. "El presidente Trump ha condenado la violencia en todas sus formas y es triste ver a otros como Johnny Depp que no han seguido su línea", sentencia un portavoz no identificado.
"Espero que alguno de los compañeros del señor Depp hable en contra de este tipo de retórica con tanto énfasis como lo harían si sus comentarios estuvieran dirigidos a un funcionario demócrata elegido", reza el comunicado de la Casa Blanca.