MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
El reconocimiento del público "es el premio máximo" y Mario Casas lo consiguió con Palmeras en la nieve. Y es precisamente el aplauso del respetable el que ha convertido al actor en una de las caras más conocidas del cine español, una industria que en los últimos años, asegura, se ha liberado de ciertos complejos y se atreve a hacer "todo tipo de cine".
Con motivo del lanzamiento de la edición 'Todo en Uno' (Blu-Ray, DVD y Copia Digital) de Palmeras en la nieve, el actor ha concedido una entrevista a Europa Press en la que ha hecho balance de lo que le ha aportado esta película. "Desde que se estreno hasta ahora sólo ha supuesto cosas buenas", reconoce. Sin embargo, recuerda que antes del estreno "había muchos nervios" porque "se esperaba mucho de ella por la magnitud y por la inversión".
Un proyecto en el que Casas siempre confió y confiesa que se vivió con mucha intensidad dentro del equipo: "Nosotros lo vivimos desde el primer momento, desde los ensayos, con una pasión, con una verdad, y teníamos muchas ganas de contarle la historia al público porque me parece que era interesante, que era bonito, y creo que al final esa pasión que todos hemos puesto ha traspasado la pantalla y es por lo que la película ha enganchado".
Con dos Goya en la categoría de Mejor Canción Original y Mejor Dirección Artística, lo cierto es que para el actor el reconocimiento del público "es el premio máximo" ya que, más allá de los galardones, son los espectadores los que acaban "potenciando la carrera de los actores, del equipo o de los que producen".
Hasta el momento, Palmeras en la nieve es la mayor producción en la que ha trabajado Casas, que asegura que cintas como ésta "demuestran que se pueden hacer grandes películas en este país, o grandes superproducciones, que al final enganchan y llevan al público al cine".
SU FUTURO, ENTRE EL THRILLER Y LA COMEDIA
Después de protagonizar Palmeras en la nieve, Casas regresa a la gran pantalla este fin de semana con Toro, un proyecto que nada tiene que ver con su último trabajo. "Es una película completamente distinta, un personaje que no tiene nada que ver con el personaje de Kilian", revela el actor.
Además acaba de rodar El Bar, lo nuevo de Álex de la Iglesia con el que ya trabajó en Las brujas de Zugarramurdi y Mi gran noche. Según Casas, esta comedia tendrá "un tono distinto", con la que el cineasta regresará al "estilo de La Comunidad" que tanto echa de menos el público.
El actor reconoce que es "muy afortunado" por los proyectos que le están ofreciendo y que "demuestran que hay directores, que hay productores, que tienen ganas de trabajar, de que hagamos cine juntos" y ése es "el mayor premio" que se puede tener.
"Nos estamos atreviendo a hacer todo tipo de cine", apunta Casas. Los últimos estrenos, como Kiki, Cien años de perdón, Palmeras en la nieve, Julieta o Toro son un claro ejemplo de la gran "variedad cinematográfica" que hay actualmente en la industria española. Algo que para el actor es necesario.
"Tenemos que seguir evolucionando, hay grandes directores, productores que quieren hacer cosas distintas y actores que estamos dispuestos a hacer cualquier cosa, pero además demuestra que la gente demanda y que la gente tiene ganas de ver cosas distintas y tiene ganas de ver cómo el cine español evoluciona y tiene un talento brutal que me parece que de unos años para atrás se está demostrando todavía más", sentencia el actor.