MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
El actor Mario Casas interpreta a Francisco Boix en 'El fotógrafo de Mauthausen', uno de los 7.000 prisioneros españoles que estuvieron cautivos en el campo de concentración nazi de Austria desde 1940 hasta el final de la Segunda Guerra Civil. Una película con la que Casas aspira a homenajear "a aquellos españoles que lucharon por conseguir los privilegios de hoy en día".
"No debemos olvidar lo que esta gente luchó. Olvidamos las cosas muy rápido porque vivimos en una sociedad que va a doscientos por hora. Pero muchos de nuestros bisabuelos, abuelos o incluso padres estuvieron esos campos de concentración y no podemos olvidarlo. Les debemos el respeto de lo que hicieron por nosotros", ha expresado en una entrevista concedida a Europa Press con motivo del estreno de la cinta, este viernes 26 de octubre.
Mauthausen fue el campo de concentración de los españoles -además de otros países- en la Segunda Guerra Mundial. Requerido por las autoridades alemanas para determinar el destino de los prisioneros, el Gobierno de Francisco Franco replicó que no existían españoles más allá de las fronteras españolas. Por ello, los republicanos exiliados a Francia fueron trasladados a Mauthausen, y ahí se les clasificó con el triángulo azul de los apátridas.
Uno de los ejes de la vida en este campo era la cantera de granito en la que trabajaban los prisioneros hasta su muerte por extenuación. En medio de todo este contexto oscuro, el español Francisco Boix trabajó como fotógrafo dentro del campo y, a escondidas de los Nazis, fue guardando y recopilando los negativos de los crímenes que cometían los altos cargos de la S.S. Así, durante los Juicios de Núremberg (20 noviembre 1945 - 1 octubre 1946), estos negativos fueron pruebas indispensables para culpar a los dirigentes.
El actor ha expresado que "le parece una barbaridad" remitirse sólo a algunas décadas atrás y pensar que "fueron capaces de hacer lo que hicieron" y de "encerrar a gente, torturarla y matarla por un pensamiento e ideología diferente". Además, ha precisado que para el papel tuvo que adelgazar y estar a dieta varios meses antes de comenzar a rodar, con el objetivo de transportar al espectador a ese universo.
En este contexto, ha matizado que "más allá" de la carga dramática que tiene la historia, en la película, dirigida por Mar Targarona, han querido plasmar "la rebeldía y el carisma especial" con la que contaba Boix, y como a través de su "don para ganarse a la gente" fue capaz de hacer historia en los citados juicios.
Asimismo, ha recalcado que el punto de vista del que se parte en esta cinta podría tener como referencia el filme 'La vida es bella', una de "sus favoritas", un viaje por un campo de concentración "desde un sitio un poco más amable" y homenajeando "la lucha de esas personas".
"Francisco Boix Fue el único español que en los juicios de Nurenmberg acusó a los dirigentes nazis y los señaló uno a uno. Es una historia fuerte, pero he intentado darle ese punto dulce y esa sonrisa para que al final se haga menos amarga", ha indicado para añadir que anima al público a quedarse hasta el final de la película puesto que aparecen las referencias y documentos originales que demuestran "que todo esto fue real".
Casas ha destacado así "la picardía" del fotógrafo y su "inteligencia", además de hablar idiomas como el catalán, el español, francés, polaco y alemán. "Mientras hacía eso era capaz de robarte la cartera si que te dieras cuenta, y en este caso, junto a varios de sus compatriotas, fue capaz de robar los negativos --ha relatado-- negativos que han permitido ver las barbaridades que hicieron".
NUEVAS GENERACIONES CON "HAMBRE DE JUSTICIA"
Por su parte, Targarona ha señalado que "ha invitado a todos los partidos políticos" al estreno de la película con el objetivo de "hacer reflexionar" sobre la necesidad de "dialogar y pactar" en un momento social convulso.
"Mi generación con la Constitución, viendo pactar a Carrillo con Fraga, decidió dejar atrás este tema. Y ahora las nuevas generaciones supongo que tienen hambre de justicia", ha indicado para añadir que, "quizás" muchas de las heridas causadas por Guerra Civil "aún no han sido cerradas".
Para ella, contar este tipo de historias puede servir "para armonizar el ambiente" y ayudar a "convivir con gente con ideas diferentes". "Creo que es importante contar esto por que no se sabe que hubo españoles en los campos de concentración. En general se enfoca al holocausto judío, pero también me parecía importante que los españoles sepan que también hubo españoles ahí", ha añadido.
Targarona ha relatado que empezaron con el proyecto hace más de cuatro años -documentándose a través de documentales y libros como los de Carlos Hernández o Benito Bermejo- y que "han ido notando" como en los últimos años se ha ido forjando una corriente artística que aboga por hablar de lo ocurrido en la Guerra Civil y en la Segunda Guerra Mundial, algo que, en su opinión, también se debe a que "ha pasado el tiempo suficiente" como para poder hablar de ello.
"En el mismo Mauthausen no hay ninguna placa que diga que hubo mujeres obligadas a prostituirse, y quizás no hubo ninguna placa por que aquellas mujeres, cuando acabo la guerra, dijeron: que se olvide todo. Sin embargo ahora ha pasado el suficiente tiempo como para decir: esto pasó. Y ahora quizás si que tendrían que poner esa placa", ha concluido.