Mohamed Ben Attia reflexiona sobre la primavera árabe, el amor y la valentía en 'Hedi': "Es legítimo tener miedo"

   MADRID, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -

   El cineasta Mohamed Ben Attia fue galardonado en la 66 edición del Festival Internacional de Cine de Berlín con el Oso de Plata al Mejor actor y premio a la Mejor ópera prima por el filme 'Hedi. Un viento de libertad', una reflexión sobre la primavera árabe, el amor y la valentía que se estrena este viernes 17 de febrero en los cines españoles.

   "Es sano, normal y legítimo tener miedo e incluso ser un cobarde, porque esas pequeñas debilidades hacen que seamos seres humanos", ha manifestado el director durante una entrevista concedida a Europa Press en referencia al protagonista de esta película.

   El cineasta se estrena en el largometraje con una historia de amor: la de Hedi, un joven con una madre autoritaria que, a pesar de estar prometido, no puede evitar sentirse atraído por la personalidad libre y despreocupada de Rym, una animadora de un hotel de playa de la costa tunecina.

   En líneas generales, esta historia muestra la tiranía de la familia, una institución que el director compara con la "mafia". "Si eres de allí todo funciona, pero si tienes la mala suerte de venir de fuera o de salir del trayecto que te imponen te echan", ha señalado el cineasta tunecino, para quien este asunto es "un tabú" del que no se habla y que sin embargo puede llegar a ser "asfixiante".

   Sin embargo, más allá de la propia historia, el director no evita referencias en esta película al hecho histórico que ha transformado por completo la sociedad de su país y, en concreto, el contenido de las artes audiovisuales.

   De hecho, Mohamed Ben Attia introduce referencias explícitas en una de las escenas. En ella, los protagonistas conversan sobre el ambiente que se respiró en las calles del país durante la Primavera Árabe, pero también de la pérdida de turismo y de la "fragilidad" de la economía tras el atentado del Museo del Bardo de 2015 en Túnez.

   Según explica el director, la película se desarrolla dos años después de la revolución. El primer año el turismo "cayó a pique" por la "incertidumbre e inseguridad", una situación que se intensificó tras el atentado al museo y aún más tras el atentado contra dos hoteles de la costa en junio de 2015, cuando el rodaje había concluido.

   El director sostiene que aquella revolución mereció la pena y cree que antes o después el régimen de Ben Alí iba a caer. Además, según ha destacado, lo más importante fue conseguir "libertad de expresión". "La primera semana todo el mundo veía la televisión hasta el alba, porque de golpe todos los medios empezaron a explotar", ha señalado.

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

   En el campo de las artes, el director ha explicado que los dos primeros años hubo un "boom de documentales" que desvelaron, por ejemplo, la miseria y los problemas sociales de las regiones más desfavorecidas. En el terreno de la ficción, los dos primeros años no hubo mucho cine porque los cineastas necesitaban "digerir" lo que estaba ocurriendo, un contexto que se utilizó como "telón de fondo" de muchas cintas.

   Aquello ocurrió hace seis años y algunos jóvenes empiezan a estar cansados de oír hablar de aquella revolución. Sin embargo, sigue reivindicando que se consiguió "algo increíble no se había tenido jamás". "Hay gente que se queja de que entonces se vivía mejor, pero al precio de no decir nunca nada, ni siquiera al teléfono", ha apostillado.

   Preguntado sobre la prohibición de entrada de los habitantes de varios países árabes a Estados Unidos, ordenada por el presidente del país, Donald Trump, Mohamed Ben Attia ha indicado que aunque no afecta directamente a su país, "pase lo que pase" no irá a Estados Unidos.

   A su juicio, esto "revela la complejidad mundial" actual y "en lugar de juzgar a Trump", propone preguntarse por qué nació. "Hace 20 años nunca habría llegado al poder", ha dicho el director. Precisamente, este será tema sobre el que versará su próximo proyecto, según ha desvelado.