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LOS ÁNGELES, 27 Feb. (Reuters/Ep)
Partía como favorita y no defraudó. Nader y Simin, una separación ganó el domingo el Oscar a mejor película en lengua extranjera, convirtiéndose en la primera realización iraní en alzarse con este honor.
Escrita y dirigida por Asghar Farhadi, el drama doméstico sobre una pareja que atraviesa un divorcio que toca las tradiciones, la justicia y las relaciones entre hombres y mujeres en el Irán de hoy.
Nader y Simin, una separación, era la favorita a alzarse con la estatuilla a la mejor cinta extranjera tras barrer en el circuito en Europa y Estados Unidos. También era candidata al Oscar como mejor guión original.
Fue el segundo film iraní que aspiraba al Oscar, y el primero en ganarlo. "En este momento, muchos iraníes en todo el mundo nos están viendo e imagino que estarán muy felices", dijo Farhadi al recoger el Oscar.
"En un momento de dialéctica de guerra, intimidación y agresión entre los políticos, el nombre de su país, Irán, se pronuncia aquí a través de su gloriosa cultura, una cultura rica y ancestral que ha permanecido oculta bajo el pesado polvo de la política".
"Ofrezco con orgullo este premio al pueblo de mi país, el pueblo que respeta todas las culturas y civilizaciones y desprecia la hostilidad y el resentimiento", añadió.
Nader y Simin, una separación ha recibido el reconocimiento casi universal de la crítica, acaparando muchas de las listas de mejores películas de 2011.
Con un presupuesto de 800.000 dólares (algo menos de 600.000 euros), el filme ha generado más de 13 millones de dólares en las taquillas de todo el mundo, según la web Box Office Mojo, incluidos 2,6 millones de dólares en Estados Unidos.
UNA PELÍCULA DE INTERPRETACIÓN LIBRE
Farhadi, que vive y trabaja en Irán, se ha mostrado reacio a alimentar las teorías de que película es una parábola de las luchas entre los jóvenes disidentes iraníes y los mulás paternalistas, diciendo que depende de las audiencias interpretar la película.
Otros han interpretado Nader y Simin, una separación como una muestra de las diferencias de clases, o como una crítica al sistema judicial iraní, o una lucha entre modernidad y tradición.
Farhadi hizo la película bajo censura iraní, que impones críticas a los cineastas en nombre de la moralidad islámica y nacional. Pero ha dicho que no se enfrentó con la censura.
El premiado director iraní Jafar Panahi fue condenado a prisión en 2012 y se le impidió hacer más películas. Farhadi ha defendido a Panahi, poniéndose en la línea de fuego de los más intransigentes del Gobierno iraní.
Pero Farhadi también ha criticado a otros cineastas iraníes que hacen énfasis en la censura de cara a promocionar sus películas en el extranjero, alegando que son tan moralmente culpables como las autoridades que les censuran.