MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
Una gala para disfrutar de la pasión por el buen cine y, sobre todo, el buen humor. Un año más, y ya van tres ediciones, los Premios Yago dejaron un gran sabor de boca a todos los asistentes con una ceremonia que tuvo como principales protagonistas a Carmen Machi y Luis Miñarro.
Luis Fabra condujo la gala, que de nuevo rompió moldes por lo inusual y lo hilarante de su contenido y forma. No en vano, el presentador inició los Yago rompiendo varias cajas de cartón y asegurando que "un año más volvemos para repartir justicia".
Juana Macías, directora de la película Embarazados, recogió el Yago para Paco León. Luego Carmen Machi aceptó su premio impepinable de manos de Marina Seresesky, directora de La puerta abierta. Machi aseguró sentirse muy agradecida de recibir un premio tan "raro, diferente y necesario".
Luis Miñarro subió agradecido a recoger su Yago de honor, prometiendo volver el año próximo. Por su parte, Álvaro Saenz de Heredia sorprendió a todos al recoger el premio en nombre de Chiquito de la Calzada. Director de Brácula y Condemor, contó anécdotas sobre Chiquito, tal vez su actor más reconocido, y agradeció la labor de los Yago al reconocer la dificultad de hacer comedia.
Jaime Gona, director de los cines Zoco de Majadahonda, entregó el premio a los responsables de Phenomena, la sala de cine establecida en Barcelona, premio al "no reconocido" de los Yago.
La gala se cerró con el premio a la película El rey tuerto. Marc Crehuet y todo su equipo agradecieron su Yago al "éxito menos comercial", entregado de manos de Sandra Hermida y Enrique Lavigne, productores de Un monstruo viene a verme, el mayor éxito del cine español en 2016.